Remedio pa'l corazón

Es un título demasiado ambicioso, incluso para alguien que lleva más de veinte años de carrera musical. Resulta contradictorio que el último disco de Alberto Plaza lleve por nombre Remedio pa'l corazón, cuando al menos nueve canciones de su set son a la larga bastante tristes y, más que sanarlo, lo bombardean con frases hechas, sufridas y muy poco positivas.

Se agradece que el autor pruebe en otras líneas. Se agradece también que proponga mayor diversidad de instrumentos musicales, como el trombón en "Venirte conmigo" (curioso título), la batería en "De qué voy a morirme" o el acordeón en "La mujer de mi vida". La innovación es importante. La internacionalización de la música lo es aún más, no obstante un artista con el camino recorrido de Plaza debería estar más consciente de sus fortalezas y de sus puntos débiles.

Sonar a la batucada de "Color esperanza" de Diego Torres o a las rimas forzadas de Ricardo Arjona no ayuda mucho a un cantante que antes se lucía con "Que cante la vida" y con "Aventurera". Más voz y romanticismo propio de Alberto Plaza y no necesariamente ritmos caribeños son lo que hace falta para dar fuerza a un disco de títulos tristes, de letras consejeras y dramáticas.

Rescatables son "Ahora dime", que suena mucho más a ese Plaza que queremos, y "Compañera", con una letra interesante, distinta y potente. Ahí no se deja tapar por coros ni por ritmos que, por muy modernos que parezcan, simplemente no le van. Se destaca además que las canciones no superen los tres minutos y fracción, pero de pronto está de más la inclusión de "Aprendí de ti", architocada y puesta de moda por Soledad Guerrero en la teleserie "Ámame" hace quince años. Y por supuesto de más está el final del disco, presentado como la pista número once y que no es más que un cierre optimista para una serie de canciones que no los son tanto.