Durante 23 años fue uno de los hermanos de Ketama, el trío de flamenco fusión más popular de España. Ahora Carmona saca la voz solista para debutar como tal. Aunque solo solo no está: Juanes, Alejandro Sanz y la rapera Mala Rodríguez lo acompañan en su álbum Vengo venenoso. "La base mía es flamenco", dice, "y quiero refrescarla con otras músicas".
Durante más de dos décadas ha sido parte de Ketama, el dúo español que contribuyó a fusionar las raíces del flamenco con sonidos provenientes del Caribe, del pop y del jazz. Desde este año Antonio Carmona se aparta de sus hermanos Juan y Josemi para firmar con nombre propio su primer disco personal, Vengo venenoso, donde emprende su propia fusión junto a amigos como la rapera Mala Rodríguez y los cantantes pop Juanes y Alejandro Sanz, español radicado en Miami. En esta ciudad filmó además a dúo con el propio Sanz el clip de "Para que tú no llores", una canción acerca de los inmigrantes del mundo.
-¿No fue casual elegir Miami para un video sobre la inmigración? -Bueno, Alejandro (Sanz) ya sabes cómo es, cómo tiene la agenda -dice, por teléfono también desde Miami y con inconfundible acento gitano-, y nos pareció más fácil rodarlo aquí que en España, donde también está pasando una pila de cosas con la gente africana en el litoral nuestro. Y por eso esta canción, de ahí sale mi apoyo hacia esta gente.
-¿Al final cualquier lugar del mundo es apropiado para hablar de inmigración? -Yo creo que todos somos inmigrantes, ¿no? La vida es pura inmigración. Estamos aquí de repente y luego ya no estamos. Luego también mi familia ha viajado mucho, nosotros somos nómadas, la raza nuestra, yo soy gitano, ha viajado por todo el mundo, y se supone que vinimos de la India, hace muchísimos años. Al final mi familia viajó a México, a Puerto Rico, estuvo en Europa, en fin. Esa vida nómada nos ha llevado a plasmarla también en nuestras canciones.
Antes de "Para que tú no llores", la canción "Vengo venenoso" fue la primera presentación del disco en España. "Es una rumbita así, que al tener tanto contacto con Sudamérica, de repente escuchas muchas letras boleristas y me encantan", dice. "Me gusta mucho la música latina y la tengo afincada en mi vida".
-Dijiste que es un disco con la influencia del bolero, que es agridulce y que está dedicado a las mujeres. ¿Qué tiene de agridulce? -Bueno, ahora que lo pienso tampoco es tan agridulce. Es un disco tranquilo, reposado. Yo he estado veintitantos años con Ketama y casi todos los temas son una caña impresionante, con metales, con guitarras eléctricas, y me decidí a hacer un disco más tranquilo. Un par de canciones habla sobre nudos que las personas se hacen en el corazón y de ahí esa cosita agridulce, pero también habla de mucho optimismo, que también lo necesitamos en el momento que estamos viviendo.
-¿Por eso tiene que ver con el bolero, que es más pausado? -Sí, por supuesto. Yo soy bolerista a tope.
-¿Y la dedicatoria a las mujeres? -¿Tú sabes lo que pasa? Es que vivo con seis mujeres, yo. Tengo dos niñas…
-Bendito eres entre todas las mujeres… -No, no, sabes lo que es: es la locura vivir con seis mujeres. El disco se trata también de la mujer de ahora y la de antes, que hay mucha diferencia. El momento que está viviendo la mujer ahora, hay un mogollón de sitios, en la política, donde tienen mucha más cabida de la que tenían me imagino nuestras madres, nuestras abuelas, que estaban un poco más presionadas por los hombres.
Jamón bueno, tortillas buenas y un poco de vino: los invitados
-¿Cómo llegaron Juanes, Mala Rodríguez y Alejandro Sanz a tu disco? -Mala Rodríguez es de mi compañía disquera. Siempre la he seguido por todos los festivales de España y he tenido ganas de hacer cosas con ella. Pero es una tipa que te da muchísimo respeto, y nunca me atreví a contar con ella. Y de repente Gustavo Santaolalla (el músico argentino que produjo el disco) me dijo "Tío, ¿y por qué no hablamos con María y tal?". Habló con ella y ella encantadísima, porque acababa de ser mamá y vino al estudio y me dejó la joya que me dejó.
-¿Te hizo rapear? -No, el rap lo hice yo como hace veinte años, unas cosas, pero ahora ya no me atrevo, porque hay gente muy profesional y creo que cada gente en su sitio. Yo soy un tipo que hago flamenco y dentro del flamenco sí me atrevo a hacer lo que sea.
-¿Y Juanes? -También es de la disquera mía y siempre ha habido un mutuo respeto, ha venido a casa y ha habido un lazo cariñoso. Nos pusimos a componer y de repente salieron como dos, tres temas increíbles ahí. Pusimos jamón bueno, tortillas buenas, un poquito de vino y echamos una tarde e hicimos tres temas. Es un tipo muy trabajador, muy currante, y luego muy versátil a la hora de hacer otro tipo de música.
-¿Te identificas con ese tipo de cantante, como Sanz o Juanes, que han tomado una raíz y se han vuelto estrellas internacionales? ¿Es el camino que quieres tomar? -Por supuesto. Lo que hago es partir de mis bases, y la base mía es flamenco. Yo he tocado con Camarón de la Isla, que es como un Dios, como el Bob Marley nuestro, de los gitanos, una maravilla; con Paco de Lucía, con toda la gente del flamenco y he refrescado esa base con otras músicas, para filtrarla a través del jazz, del pop, y sobre todo para que oigan nuestra raíz también, que es demasiado pura. Y metiéndole alguna cosa de pop, que es lo que hacen Juanes, Alejandro y este tipo de artistas.
-En los últimos meses has tocado en el festival Womad, que es de fusión, pero también en un festival de flamenco. ¿Dónde te sientes más cómodo? -Me siento mejor en los festivales estos del tipo Womad, que de repente ves africanos, gente de la India, luego ves gente también del jazz. Ahí es donde puedo encasillarme mejor. Tampoco me gusta encasillarme, pero sí me gusta más esa tendencia. El flamenco puro no lo hago, por supuesto, porque hay otros en España que lo hacen muy bien y no hay que meterse en terrenos pantanosos. Me gusta hacer otro tipo de música partiendo del flamenco, porque sé tocar palos del flamenco como la bulería, los tangos, la soléa, la seguidilla. Yo conozco el flamenco perfectamente, sobre todo porque vengo de una familia que se llaman los Habichuela, que son guitarristas muy reconocidos de España. Esa raíz no la pierdo ni quiero perderla.
-¿Por ahora Ketama está "aparcado", como dice tu sitio? ¿Está disuelto, no se sabe cuándo va a volver? -Nosotros tenemos en el tintero muchísimas cosas ahí cada uno y cada uno está realizando lo que quería. Mi hermano Juan está haciendo una música muy bonita, flamenca, que mezcla también con soul, y Josemi también está haciendo ese tipo de cosa que no hemos hecho en 23 años que llevamos juntos. Ya era hora. Esos matrimonios, que teníamos como un trimonio ahí, intentar refrescar las bases también para luego juntarnos otra vez. Yo pienso que sí, que un momento dado nos juntaremos algún día.