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La muchacha de los gemidos

Jane Birkin actuará este sábado en el Teatro Oriente, pero ojo, que no se ha quedado en el pasado, y tras colaborar con gente como Beth Orton, Franz Ferdinand y Manu Chau está tan potenciada como con sus amigos mods que protagonizaron Blow Up, cinta que con su polémico desnudo, la llevó a la fama.

13 de Marzo de 2008 | 13:57 |

Paul Weller, lider de The Jam y héroe del pop inglés, decía que bastaba ver una foto de los Beatles para entender los '60. Que la ropa, peinado y sobretodo actitud podían sintetizar perfectamente el espíritu de una época. Lo mismo podría aplicarse a Jane Birkin, cantante inglesa pero residente en Francia que se presenta el 15 de marzo a las 21:00 en el Teatro Oriente de Providencia.

Minifalda, flequillo "modette" y una mirada de estar sumergida para siempre en 1968. El "año eje" para la contracultura del siglo pasado, donde en París "mayo duró doce meses", en Inglaterra se disfrutaba de la colorida explosión del "Swinging London" y en California se vivía el "Verano del amor".

"Una revolución sociocultural" -define Birkin dede París y luego, como el juego de asociaciones que hacen los que vivieron fuerte una época, comienza a enumerar: "Minifaldas baratas, Michael Caine, Twiggy, los Rolling Stones, los Beatles... claro que sería genial tener una máquina del tiempo y volver allá", responde entusiasmada.

La influencia Birkin

Desde Bryan Ferry a Dominique A, desde Manu Chau a Jarvis Cocker (quien tocará la misma noche), todos los músicos que han colaborado con ella en Rendez vous (2004) y Fictions (2006), saben que ella es un ícono, aunque ella no responde cuando se le pregunta por qué. Al parecer Birkin jamás ha dejado de estar "demodé", tal como sus amigos londinenses de los '60. Intensa, elegante y pop, sus últimos discos son una extensión de su mito.

Y que además, como si fuera un inmenso plus, los músicos más jóvenes como los mismos Franz Ferdinand la miran desde abajo, porque saben que estuvo más que cercana a Serge Gainsbourg, el renovador de la chanson. Basta verla, con su legendaria blusa transparente, caminando de la mano con Gainsbourg. O gimiendo en el hit del año siguiente: "Je t'aime, moi non plus". Un bombazo de pop beat que por primera vez explicitaba el acto sexual en una canción. La primera versión fue grabada y censurada por la misma Brigitte Bardot, y ahí apareció Jane Birkin, quien ya se había hecho famosa por su topless en la película "Blow Up" (1966) de Antonioni, donde también aparecían The Yardbirds con el gran Jeff Beck rompiendo su guitarra a lo Townsend o a lo Hendrix.

-¿Sabía que el tema fue un suceso en Sudamérica? ¿Escuchó la versión que grabó el popular puertoriqueño Chayanne (Extasis, 1992)?
-¡No lo sabía! Me gustaría escuchar esa versión. Hay más de cien versiones registradas, incluyendo dúos de chicas japonesas, hip-hop y especialmente la de André Bourvil y Jacqueline Maillán grabada 1970 (parodia de la canción) donde participamos Serge y yo también.

-¿Y valdría la pena construir una máquina del tiempo y retornar a los '60 a la época del "Swinging London"?
-¡Yo me apuntaría! Siento orgullo, tal como Serge, por los '60. Creo que jamás me he ido de allí. Pienso en la revolución sociocultural que dejó, las minifaldas baratas, los muchachos "cockneys" (de los barrios bajos británicos) o las fotos de David Bailey (quien introdujo el término "Swinging London" y fue la inspiración del protagonista de "Blow Up"). También en que las guapas eran Jean Schrimpton y Twiggy, cuando la moda dejó de ser para las damas elegantes. Pienso en John Barry (compositor de bandas sonoras), Michael Caine, Terence Stamp, los Stones. Pero antes que todo, la alegría Beatle. Los ingleses de los '60 eramos los "top of the world". Por eso Antonioni eligió retratar esta ciudad en "Blow Up", porque eramos "demodé". Incluyendo el tocino que comíamos, ja ja.

-La canción popular actual ha perdido todas las grandes orquestaciones de los '60. ¿Cree que hay que regresar a ello o es simplemente la evolución?
-No debe regresar. Todo evoluciona simplemente. Integrar las tendencias celtas, romanescas, multiculturales y moverse a través de ellas. Por eso Internet y los nuevos sistemas de grabación son geniales. Todo el mundo graba sus propios discos. Eso es más interesante.

-¿Qué le parece el trabajo de su hija Charlotte? Últimamente la vimos encarnado a Sarah, la esposa de Bob Dylan en la película "I'm not there" (2007).
-
Pienso que es lo más "verdadero" de la película. Ejemplar, justa, como siempre. Para mí es la actriz más "rara" de su tiempo. Desde los doce años se me hizo evidente. Su Jane Eyre (1996) de Zeffirelli, era un milagro de calma, y de emoción contenida que en 21 gramos (2003) se fue perfeccionado. La ciencia del sueño (2006) me parece genial. Yo no soy tan actriz como ella.

-En una entrevista reciente usted dice: "Gainsbourg, siempre estará conmigo". ¿Cree que ustedes fueron la pareja que renovó la canción francesa?
-Él sí y para siempre. Es una referencia constante y yo trato de manatenerla, aunque no es fácil. Si me llaman para un concierto en Sao Paulo, por ejemplo, es porque canté "Je t'aime" con él. Tengo mucho que agradecerle. Entonces, si estoy aquí es porque Serge está conmigo. ¡Y él lo sabía!

-¿Qué vamos a ver de usted esta en Chile?
-¡Encuentro increíble que yo les pueda interesar! Haré todo, para que ustedes no salgan desilusionados. ¡Gracias por venir a verme!

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