Coro de la Universidad de Chile quedó maravillado con dirección de Morricone

SANTIAGO.- Tomó literalmente la batuta. Ennio Morricone llegó a la Iglesia San Francisco ayer por la noche y dirigió al Coro de la Universidad de Chile, interpretando el Ave María Guaraní, popularizado por ser parte de la banda sonora de la película "La Misión".

El temperamento calmo, tranquilo, a ratos contemplativo del connotado maestro italiano, contrastaba con el nerviosismo del Coro, que había empezado a cantar a las 19:15, una hora antes de la llegada de Morricone, bajo la dirección de la mano derecha del compositor italiano, el director Stefano Cucci. "Estábamos muy expectantes, nerviosos, tensos", confiesa la presidenta de la agrupación, Angélica Moreira.

Era un nerviosismo de ansiedad, pero movido bajo la convicción de que ya habían ensayado dos días con Cucci. El veredicto del maestro fue claro: "bien, bien". Los coristas estaban emocionados y veían en Morricone a una persona calma, "con la humildad que caracteriza a los grandes maestros", dice Moreira.

Al llegar, el italiano se había visto tranquilo. No quería mucho ruido de cámaras y flashes alrededor, cuestión por lo que se montó un cerco de seguridad improvisado para preservar su integridad. Pero de todas formas se dio el tiempo de saludar al público que estaba en las afueras de la Iglesia, intentando estar junto a su ídolo para que les firmara un autógrafo en un libro de western de colección o en una libreta de notas.

Ya adentro, con Morricone instalado, el coro desplegó lo aprendido y trató de complacerlo. "Estábamos preparados en la personalidad y la forma de dirigir del maestro Morricone. El maestro Cucci ya nos había preparado, pues ya llevábamos dos días trabajando con él, por lo que ya sabíamos cómo era su estilo y su forma de dirigir", cuenta un miembro del elenco musical.

Durante el ensayo, luego de escuchar lainterpretación de "Víctimas de Guerra" y "Here's To You", con Cucci en la dirección, Morriconi dirigió el "Ave María Guaraní" directamente e imprimió su propio sello. "Tiene una dirección en que no da muchas entradas, es un director que sólo marca el tempo. Hay otros directores que marcan la entrada. Él no, entonces uno tiene que llevar muy claras las cuentas para entrar donde se debe", describe Alejandro Mussa, otro de los integrantes del Coro.

"Es una emoción muy grande, porque nunca nos había pasado que pudiéramos cantar con un compositor vivo. Marca con la música dentro del corazón. Y su sonrisa del final fue una nota de aprobación", cuenta Oriana Gutiérrez, una de las coristas. "También nos aplaudió. Debe haber quedado bastante contento con el trabajo que hemos hecho. Pienso que va a ser un muy buen concierto", agregó el bajo José Rolando Venegas.

Tras el ensayo, siempre al interior de la iglesia, Morricone se dio el tiempo de posar para las cámaras fotográficas de los coristas y además firmó autógrafos a los más de cien integrantes de la agrupación.