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El rock del purgatorio

Cuando en 1999 llegaron a Santiago los invitaron a un café con piernas y con algo más. Hoy este trío rockero puntarenense celebra diez años de carrera, y es edad suficiente para abrir su propio bar: Purgatorio Bar es el nuevo disco de Hielo Negro. Y la inauguración es en vivo, este viernes 11 de abril.

10 de Abril de 2008 | 13:00 |

No fue en una sala de ensayo, ni en un concierto ni menos en un estudio de grabación donde Hielo Negro hizo su primer disco. Fue en un bar. Este trío de rock pesado se formó en el verano de 1997 en la Punta Arenas natal de sus tres integrantes y en ese mismo momento hicieron una grabación de cuatro canciones, en un bar de la ciudad. El baterista Christian MacDonald aún se acuerda del nombre.

-Se llamaba La Grúa. En avenida España con Errázuriz. Ha cambiado de nombre y de dueño, pero el local en sí está. Como la Caverna, de los Beatles -sonríe. El bar ha sido desde sus orígenes un paisaje habitual para este grupo, que viene a consagrar esa condición parroquiana en un nuevo disco, llamado Purgatorio Bar (2007). El mismo que estrenarán de modo oficial este viernes 11 de con un concierto en el Galpón Víctor Jara de la capital, donde además Hielo Negro conmemorará sus diez años de recorrido.

El rock pesado ha tenido diversas derivaciones hasta llegar a las más nuevas variantes metaleras, pero Marcelo Chelo Palma (voz y guitarra), Pablo Panzón Navarrete (bajo) y Christian Pimpón MacDonald (batería) no transan su gusto por la vieja escuela de grupos setenteros como Black Sabbath. Y en sus discos Demonio Parlante (2001), Patagonia rock (2003), Donde nacen los vientos (2005) y Purgatorio Bar (2007) han mezclado esa raíz con su origen patagónico, lo que acentúa el tono lento, pesado y a ratos desértico de su sonido.

-Va a ser un show preparado, especial, que vamos a registrar en audio y en imagen. Ya era hora. La gente siempre nos dice que falta un disco en vivo, y en un DVD queremos registrar la celebración que se da. No somos muy amigos de ese tipo de cosas, pero amerita -evalúa Pimpón, cuyo grupo ha actuado desde en el más precario circuito nacional de bares de Santiago y regiones hasta en las dos giras europeas que han emprendido a la fecha, por Suiza y Alemania en 2003 y además por Austria y Francia en 2005, seguidas de su incursión a Argentina en 2007.


Ahí está Satanás

El disco apareció en diciembre de 2007, pero Hielo Negro viene llegando de tocar el fin de semana pasado en Punta Arenas. "Allá empezó de alguna forma la gira de este Purgatorio Bar", dice el baterista. "Fue lindo. Emotivo. No quiere decir que ir a La Serena, Copiapó, Concepción no sea importante, pero siempre ha sido especial tocar en Punta Arenas. Ver a la familia, a mi vieja también la invito a las tocatas cuando puedo, para que vean lo que yo hago".

-¿Y les gusta?
-Sí, pues. Ver que, desde el galpón de mi casa en el que empecé, año a año hemos llegado a tantos escenarios… son los fans número uno, junto con los amigos, los que nos vieron empezar. Ir a nuestra tierra tiene una connotación muy emocionante. Para nosotros es tan importante como ir a Europa.

-¿El bar para Hielo Negro es como el segundo hogar? ¿O el primero?
-De hecho es el lugar donde me pueden encontrar. A la segura. O en la casa o en un bar. El bar es un lugar de encuentro, para muchas personas, ni siquiera sólo para nosotros. A toda la gente le pasa, desde a un rockero hasta a alguien que trabaja en un banco y que el viernes van al happy hour de terno y dice que se toma un trago y se van a la casa… y ahí está Satanás. O te vas al infierno o a la casa.

-El diablo aparece en todos los discos de Hielo Negro.
-Es algo que les pasa a todos. El diablo te llama, en la actitud, a la maldad. El purgatorio es el lugar antes de irte al infierno o al cielo. El Purgatorio Bar está en todas las personas.

El sonido es así: una licuadora

El trío grabó en el estudio Algo Records de la capital, uno de los pocos que conservan la vieja usanza de grabar en cintas y sin tecnología digital, comandado por los hermanos Alejandro y Álvaro Gómez, del dúo Perrosky.

-Lo hicimos con lo más básico del rock, y ellos nos conocen desde que llegamos acá también –explica el baterista-. De repente íbamos a grabar a algún lado y el ingeniero decía "oh, pero por qué suena así, algo está mal". Y no entendía que el sonido es así: brrrrr, una licuadora.

-¿Las canciones de Hielo Negro se están volviendo más lentas con los años?
-Este disco es un poco más lento y más oscuro. Fue lo que se dio, los viajes que hemos hecho, las bandas que hemos vuelto a escuchar. "Arde la Tierra" (una canción acerca del abuso contra el ecosistema) es una de las pocas que tenemos en las que no hay tanta distorsión, y la letra llama mucho la atención. Pero ya tenemos tres canciones nuevas y tienen harto boogie blues, a lo antiguo. Capaz que saquemos un EP más adelante que sea mucho más alegre.

-¿Hay conexiones entre canciones viejas y nuevas? ¿Entre "Lobo estepario" y "Sangre de lobo", por ejemplo?
–Tenemos hartos animales en nuestras letras -consigna Pimpón-. Perro de la noche, perro callejero, lobo, cóndor…

–"Halcón milenario"…
–… con "Halcón de soledad". Harto vuelo y harto pájaro.

-Y está "Salamandra", del primer disco. Porque salamandra es por el animal, ¿no?
-Originalmente es la estufa. Pero también puede ser un animal. O una salamadra que te da calor. O el café satánico que está en Santiago y que al final te calienta de otra forma. Esa canción fue hecha cuando recién llegamos a Santiago y un amigo nos presentó ese maldito café infernal, que está arriba en unos caracoles. Y nosotros llegamos acá, pollitos, y a lo más esperábamos un café con piernas, y entramos y era un infierno. "Salamandra, el infierno está en tus pies". Estaba ahí mismo.

-¿El de Hielo Negro sigue siendo rock patagónico?
-En Patagonia rock y Donde nacen los vientos se nota más la letra patagónica, está más presente lo que es Magallanes. Las letras del últimos disco son más contestatarias. En "Arde la tierra", y antes en "Ojo de ballena" (del disco previo), es la crítica social de que están haciendo pedazos el mundo. "Kaos ahora!" también, es como actitud punk rocker con otra música. Pero tampoco hemos dicho "Tenemos que tener una canción ecológica, otra de la marihuana, otra del copete", sino que nace. "Bastardo" habla del odio a cualquier persona. Me acaba de pasar una experiencia, por ejemplo: me pasaron un parte por tomarme unas latas de cerveza antes de entrar a Ozzy.

-¿Sí? ¿Y cómo estuvo Ozzy?
-Bien. Maestro (el rockero Ozzy Osbourne tocó en Santiago el 1 de abril). Máximo, verlo todavía cantando. Él en su casa anda como un tatita, pero se sube arriba del escenario y olvídate la energía que tiene. Partió en Black Sabbath el año ’65, ’66, y yo recién llevo diez años con mi banda. Eso me inspira, tengo que puro seguir; el viejo está ahí, más vivo que nunca. Está entero loco, pero loco en el buen sentido.

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