Color de un sueño es el disco que Claudia Acuña adelantará en estas presentaciones históricas en Lincoln Center.
Díaz DuránNUEVA YORK.- “Es un club donde caben unas 250 a 300 personas y que tiene una vista a todo el Central Park”, dice Claudia Acuña, la cantante chilena que resuena en la capital mundial del jazz. Esta semana estará como la artista de los programas del Dizzy’s Club, el espacio que el prestigioso Lincoln Center neoyorquino consagró a la memoria del trompetista bebop.
El espectáculo que tendrá a Acuña desde el martes 22 y hasta el próximo sábado con su quinteto se llama “Canta en la primavera”. La compañarán algunos de los músicos con quienes terminó de grabar el que será su cuarto álbum, Color de un sueño: Juancho Herrera (guitarra), Jason Lindner (piano), Vicente Archer (contrabajo), Tony Escapa (batería) y el chileno Yayo Serka como percusionista invitado.
La ruta con la familia Marsalis
En 2007 Acuña firmó con el sello Marsalis Music, cuyo producotr y director artístico es nada menos que el saxofonista Branford Marsalis, quien la contrató como la primera cantante y la primera artista femenina después de escucharla en una grabación que se realizó en una iglesia norteamericana.
Acuña ya había trabajado con otro Marsalis, Wynton, el trompetista, en un concierto donde la chilena fue la voz solista de la orquesta de jazz que el famoso músico dirige en el mismo Lincoln Center.
Ahora con Branford Marsalis seguirá una escalada discográfica hacia el futuro, después de grabar los discos Wind from the south (2000) y Rhythm of life (2002) y su subsiguiente Luna (2004), que editó con el sello Maxjazz.
El nuevo disco, que será adelantado en esta semana en Dizzy’s Club, se llama Color de un sueño. Acuña escogió un nombre en español dado que casi la totalidad del repertorio considera canciones latinoamericanas, tango, bolero, canción cubana y uruguaya, además de tres piezas de Víctor Jara y otra más de Violeta Parra.