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Desde Alemania habla el maestro Gustavo Becerra a horas de su concierto-homenaje

Radicado en la ciudad de Oldenburg, el creador y Premio Nacional 1971 es considerado como un puntal fundamental de la música chilena de vanguardia.

24 de Abril de 2008 | 11:46 | Víctor M. Mandujano, El Mercurio Online
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Sensibilidad e intelecto. Gustavo Becerra presenta un riquísimo catálogo de obras de mirada moderna y librepensamiento. Hoy se reinterpretarán algunas de ellas en la Sala Isidora Zegers.

El Mercurio

SANTIAGO / OLDENBURG.- Gustavo Becerra-Schmidt (Temuco, 1925) es uno de los compositores chilenos más prolíficos. Radicado en Alemania desde 1970, está considerado como el principal sostenedor de la música electroacústica del país.


Ganador del Premio Nacional de Arte (1971), la Facultad de Artes de la Universidad de Chile le rendirá homenaje hoy en la Sala Isidora Zegers (Compañía 1264) con un concierto de entrada liberada donde, entre otros, intervendrán Cirilo Vila (piano), Wilson Padilla (flauta) y la Orquesta dirigida por Miguel Ángel Castro.

Desde Alemania, Becerra recuerda: “En medio del verdor del campo, la sonoridad y el eco en los bosques de mi ciudad natal, aprendí a vivir nuestra naturaleza. Siempre la he podido sentir en la música, cuyo aprendizaje inicié a los siete años en el conservatorio local, con las profesoras Leonor Silva (piano) y su hija Victoria (teoría y solfeo). Ellas acogieron mis primeras composiciones con benevolencia y afecto. En 1935, al trasladarnos a Santiago, fui aceptado en las clases del maestro Pedro Humberto Allende, el único que enseñaba composición a los niños. Este extraordinario pedagogo me acercó la comprensión profunda de la música en relación con sus creadores, ejecutantes y la sociedad que los cobija. De allí mi interés por la música popular y folclórica”.

—¿Qué recuerda con más fuerza del Conservatorio?
“El ambiente era fascinante. Siempre se oía música que salía de las salas donde se tocaba todos los instrumentos de una orquesta sinfónica. Ello redundó en una actividad creciente en mi desarrollo como compositor. Cuando mi maestro de composición emigró a Buenos Aires, debí adaptarme a mi nuevo profesor, Domingo Santa Cruz, de poderoso intelecto y mayor liberalidad académica. A él debo mi profundo interés por la musicología y su relación con la composición, síntesis que domina desde entonces mi creatividad. Bajo su estimulante consejo surgen mis primeras obras que han ingresado al repertorio de conciertos: Sonatas, Cuartetos de Cuerdas, un 1° Concierto para violín y orquesta, coros, cantatas y música para teatro y cine. Luego, a comienzos de 1950, viajé a Europa y como resultado surgieron mis composiciones más conocidas y mis ensayos sobre “La Crisis de la Enseñanza de la Composición en Occidente”, en la época más fecunda de mi quehacer teórico y composicional. Esa época dura hasta hoy y se reparte entre Chile y Europa”.

—¿En qué proyecto trabaja?
“Acabo de terminar mi 2° Concierto para Cello y Orquesta y la espacialización de un Poema (electrónico) para percusiones sampleadas. También escribo una obra coral”.

Homenajes en Alemania

En febrero recién pasado, el Ensamble Taller de Música Contemporánea de la Universidad Católica dirigido por el compositor Pablo Aranda (un proyecto auspiciado por el Ministerio de Relaciones Exteriores- a través de la Dirección de Asuntos Culturales- DIRAC) realizó una gira a Alemania donde ofreció cuatro conciertos y realizó dos grabaciones para la Radio Südwestrundfunk/SWR. Visitaron las ciudades de Ravensburg, Munich, Colonia y Oldenburg, donde reside Becerra.

Allí le ofrecieron un concierto homenaje y el sábado 16 realizaron un Coloquio en torno a la figura del maestro en la Universidad donde él fuera profesor. En ese encuentro, el maestro Becerra recibió un reconocimiento por parte de la DIRAC, como ex Agregado Cultural de Chile en Bonn, y de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile.

Su trayectoria en la docencia y en la composición de vanguardia casi lo convierten en el pionero de esta tendencia en Chile, porque para ser justos, su “2° Sinfonía (57-58) con intervención de un oscilador en el último movimiento, fue estrenada por la Orquesta Sinfónica en el Teatro Astor en noviembre de 1958. Ya en 1956 León Schidlowsky (residente en Israel), se había adelantado con “Nacimiento”, la primera partitura chilena de este tipo.

Uno de sus discípulos, el compositor y percusionista Guillermo Rifo, recuerda que durante los primeros años del decanato de Domingo Santa Cruz Wilson, Gustavo Becerra debía sumergirse en uno de los subterráneos del antiguo Conservatorio Nacional para poder enseñar a algunos de sus discípulos más jóvenes y vnaguardista serialismo y electroacústica. Estos lenguajes musicales no estaban considerados dentro de una malla curricular en la carrera de Composición, por la que también pasó el Premio Nacional de Música Fernando García.