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Fe en el pop

A cinco años de su aparición, el trío estrena nueva formación y nuevas canciones en su segundo disco, Suban el volumen. “Es la confirmación de que esto no es un juego”, dicen.

28 de Abril de 2008 | 11:20 |

“Hay mucha diferencia con el disco anterior”, asegura Sofía Oportot. “Es muy distinto, todo este tiempo no ha pasado en vano”, añade. La frase viene de una de las cantantes de Lulu Jam! y se refiere a Suban el volumen, su segundo álbum recién estrenado.

Uno de esos cambios es elemental: Sofía Oportot es el único denominador común entre las formaciones que lanzaron Corazón caliente (2003) y este nuevo disco. Sus dos acompañantes iniciales, el japonés Takaomi Saito y la presentadora de televisión, Pía Cichero, fueron reemplazados por Nara Black y Jaime Zapata, cuya entrada es tan reciente que la edición se retrasó para que pusiera su voz en Suban el volumen.

“Él era fan nuestro y nos había acompañado teloneándonos en varios shows. Lo conocíamos, tenía experiencia y cantaba bien. Era una opción fácil, el plan A”, explica Nara. 

Según la cantante de ojos rasgados, la entrada de Jaime dio “una nueva energía” al grupo: “Sobre todo en el escenario, existe una liberación que el Taka no daba por su cultura, que no es muy de tacto. Pero Jaime es desinhibido, es loco, nos hace reír”.

“El segundo disco es la confirmación de que esto no es un juego”, dice Sofía. “No es un capricho del momento como ‘hagamos una cuestión pop que sea fácil y bonita’. En el primer disco fue ‘esto yo lo puedo hacer’. En el segundo, ya sabía hacer cosas: cantar, segundas voces, acoplarme a un montaje coral de las voces. Tener más confianza”.

En Suban el volumen hay más que un trío: de hecho, hay un quinteto en canciones que llevan las firmas y voces de los ex integrantes: “Para escuchar esos detalles hay que tener buena oreja y la gente generalmente escucha el grueso”, advierte Nara. “Pero las voces se escuchan, detalles o bromas que en el momento de grabar se te ocurre meter. Tampoco es tan grande, pero están. Eso es lo importante, que se sienten en el disco”, agrega. “El aporte de Taka fue mucho mayor, lo veo más compositor. Nos conocíamos mejor para trabajar”, complementa Sofía. 

Quienes también se llevan los créditos con este disco son los productores: Gabriel Vigliensoni (Lucybell, Mismos), Ignacio Redard y Pablo Andulce (Redulce), Lainus y Samuel Gálvez.

“En el primero estaba yo y Gabriel como principales personas que inventaban, él las bases y yo las letras”, recuerda Sofía. “Ahora hay un montón de gente: productores, autores y Jaime con su participación vocal. Todo eso hace que se mezcle”, continúa, y luego encuentra respuesta en su compañera: “Pero hay un hilo conductor: Gabriel se metió en todas las canciones. Un disco necesita una línea. Si no, sería una mezcolanza”.

-Han pasado cinco personas por el grupo, ¿qué se mantiene en Lulu Jam!?
-Nara:
La Sofi.
-Sofía: Lulu Jam! está definido desde algo primario como un grupo coral coreográfico. Los dos integrantes que llegaron después aceptaron la invitación bajo esas condiciones.
-Nara: Claro, cuando un grupo de niños va a ver a Lulu Jam! no espera que nos paremos frente a un atril y cantemos. Espera que bailemos, siempre. Musicalmente ha evolucionado, pero esto medio picarón dentro de un juego tampoco se va. Puede cambiar el estilo, los instrumentos, el arreglo, pero las voces siguen siendo didácticas, como lúdicas.

-¿Es un disco con más melodías?
-Sofía:
Sí, eso nos llevó a algo más pop. El primero era más esencia electro-pop, con muchos fraseos y más simple. Y éste lo quisimos llevar más al pop universal.
-Nara: Más canción.
-Sofía: Las letras también cambiaron: el primero fue más lúdico, intuitivo, y salieron letras medias picaronas, con juegos de palabra. Podía sonar como sexy pero a la vez tenía ese toque fresco, juvenil, desprejuiciado. En este disco conversamos para ampliar eso, no quedarnos pegados. Taka decía “a mí me interesa hablar de otras cosas también”, no sólo de su juego con el chocolate bom y no sé qué. Pero igual las letras son muy de amor, más románticas, un poco menos juguetonas y más del corazón.
-Nara: Fue un equilibrio: el otro disco fue demasiado plástico, poco emocional, y este es totalmente lo contrario. La mayoría de las canciones hablan casi de afecto, se siente algo más de adentro.

-¿Qué esperan de Suban el volumen?
-Nara:
El primero sonó, a la gente nunca se le va a olvidar “Chocolate bom”, “Bombombéame”, algo de los bombones. Pero creo que siempre lo tomó muy para la broma. Este disco es para demostrar que no era tanto una broma o un juego. Para nosotros es como callar bocas o algo así.
-Sofía: También que nos conozca la mayor cantidad de gente. Obviamente es súper importante sonar en radios y queremos que la gente escuche nuestro tema y lo quiera pedir. O que se meta al MySpace y lo escuche, pero no son todas las generaciones, sino las nuevas.

-¿Les molesta que lo tomaran como broma?
-Sofía:
No, a mí no me molesta.
-Nara: Es que si uno se deja influenciar mucho por lo que dice la gente, termina para abajo. Con este proyecto había que mirar como caballo para adelante.
-Sofía: Hay una confusión: es una imagen pop, la Pía trabajaba en un programa súper mainstream ("Mekano"), me ubicaban a mí de otras cosas que yo hice en televisión ("Panoramix") y toda esa información da pie para decir ‘ah un grupo de niñitas que bailan y que no son músicos realmente y no va a durar’.
-Nara: Como Felipe Avello con Dina Gómez.
-Sofía: Pero yo rescato que es un producto que llama la atención porque es distinto. Se está demostrando, para los que ven un poco más allá, que no es un producto de laboratorio.
 
-¿No se sienten muy encasillados? ¿Han pensado explorar fuera del pop?
-Sofía:
Es que abarca todo tipo de música. En este disco hay una canción rapeada (“Suban el volumen”); otra tiene una base drum ‘n’ bass, pero igual es súper pop (“Temporal”); otra canción la encuentro mas lounge y latina (“Capricho”). Eso es lo lindo del pop, que ocupa influencias de músicas más específicas. Tengo otra banda que es más de electro o space disco (Quierostar) y es más acotada al estilo. Con Lulu Jam! puedo sandunguear, rapear, ser romántica o irme en la onda drum ‘n’ bass.
-Nara: Es muy amplio. El hecho de tener batería, guitarra y bajo no significa que la banda sea de rock. Con el pop pasa lo mismo: es desde Miranda hasta The Cardigans. Es un tramo largo que se puede recorrer.

-¿Como convive un grupo de pop pegajoso, visual, que busca ser masivo, con la realidad de las bandas, que no es muy glamorosa?
-Sofía:
Se supone que somos un grupo que vende una imagen de colores, de puesta en escena, pero en general no hay ni siquiera luces que lo apoyen. Y terminas en una cosa media de circo pobre. (…) No nos da lo mismo, pero si el escenario esta a ras de piso igual lo vamos a hacer. Creo que tenemos una imagen que no es de divos, gracias a que nos hemos mantenido tocando todo este tiempo y sin promoción. A veces estamos tocando, a ella se le echa a perder un micrófono y yo le paso el mío. Y lo tomamos también con un poco de humor. Tampoco se puede aspirar a que te traigan la toallita con tu nombre o que haya una estrella en la puerta del camarín que diga Lulu Jam! La cuestión es hacerla.