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Growing pains

28 de Abril de 2008 | 23:59 |

"Mujer crecida" se llama una de las canciones del nuevo disco de Mary J. Blige. Mujer grande, mujer hecha y derecha son algunas traducciones menos literales y válidas para esta cantante hija del Bronx, que con dieciséis años de carrera se ha venido erigiendo como una figura constante en la escena de las divas del rhythm and blues o R&B estadounidense, esa música heredera del soul que ha alimentado en las últimas décadas a gente como Whitney Houston, Mariah Carey, Toni Braxton o Beyoncé.

Mary J. Blige ha tenido entre todas ellas algo de la vieja guardia de la música soul. Aquí mantiene ese sello con dieciséis canciones que avanzan sin respiro y con un ejército de productores a sus espaldas, como es la regla en los discos del estilo. En la mayoría ella misma está involucrada como productora y autora, pero una de las tres pistas en las que cede la composición es el funky sutil de "Till the morning" que deja entrever la autoría de Pharrell Williams y por lo tanto la ventajosa marca de The Neptunes en la producción.

Hay rasgos que separan a Mary J. Blige del resto. Ella no rapea, por ejemplo, aunque no quita que sí hable claro, como en "Roses", cuando emplaza "No quiero que me molestes, pero parece que no lo puedes entender, porque es a tu modo o de ningún modo, así que chequea esto: éste es mi modo y de verdad me tienes enferma y cansada". Al revés de sus colegas, además ella parece aplacar su sensualidad más que explotarla. Y de paso aplaca a veces también el gen R&B en canciones como "Fade away" o "What love is", que se mueven entre una programación pop y un arreglos de violines. Esta cantante es estilo sin escándalo. "Me haces sentir como una mujer natural", cantó hace décadas Aretha Franklin. "Siento como una mujer", dice a su vez en la misma línea Mary J. Blige. Como una mujer crecida.

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