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"Uno dice adiós al escenario, no a la música"

El más importante cantante francés actúa esta semana en Chile como parte de su gira de despedida. "He escrito más o menos siempre la misma canción", dice el autor de "Venecia sin ti", "La bohemia" y decenas más. "Y es una canción de amor".

06 de Mayo de 2008 | 00:55 |

Au revoir son dos palabras francesas populares en el mundo entero y son las que Charles Aznavour prefiere usar en estos días: "Hasta luego". "Por el momento estamos en los hasta luego". El adiós será más tarde", distingue el legendario cantante francés, al día siguiente de su arribo a Chile como parte de la gira que marca precisamente su despedida de los escenarios mundiales. "El adiós es triste. El hasta luego es más alegre", agrega.

Aznavour está en un salón del hotel santiaguino donde se hospedará hasta los dos conciertos que dará esta semana en Santiago (ver recuadro), con setenta años de carrera, ochenta y tres años de edad, veinte éxitos mundiales por lo bajo y una casaca color claro como la que cualquier señor quitado de bulla se compraría a su edad. Sólo que éste es el hombre que canta "Venecia sin ti" y "La bohemia", y tiene décadas de las que hablar. Por lo pronto en una conferencia de prensa como ésta, y sin un orden particular, responde acerca de variedades como Edith Piaf, la posguerra europea, la Nouvelle Vague del cine francés, Carla Bruni, Sinatra y el pianista cubano Chucho Valdés entre muchos otros asuntos. Incluido el de su anunciado retiro.

-¿A qué piensa dedicarse después de que concluya a gira y de decir adiós a la música?
-No, uno no dice adiós a la música -precisa-. No se puede cantar por tanto tiempo, y no es sólo por la garganta, sino por las piernas también. Y uno dice adiós al escenario, pero a la música no. Picasso siguió pintando hasta los noventa años, y hay autores que han seguido activos con el espíritu abierto para escribir por largo tiempo.


Charles & Chucho: sabor cubano


Ésta es la tercera visita de Aznavour a nuestro país, después de venir en 1962 a filmar la película "Le rat d'Amerique" y de regresar en 1993 a dar un concierto. Esta vez llega con doble novedad, entre su disco Colore ma vie (2007), grabado junto al pianista cubano Chucho Valdés, y las más reciente edición en español de ese mismo álbum, titulado Tú pintas mi vida (2008).

-¿Qué lo movió a volver a Chile?
-Yo no escogí. Tenemos productores que toman los espectáculos en los países, así que no es una elección. Sí hay países donde es más placentero que otros. Eso es lo importante.

-¿Qué recuerda de las dos visitas anteriores, el '62 y el '93?
-Me acuerdo sobre todo del primer viaje a Chile. Vinimos a rodar una película que llama "Le rat d'Amerique" y empezamos en la (mina de cobre) Disputada, en lo alto. Me acuerdo maravillosamente porque tuvimos todo el tiempo para quedarnos. Cuando uno viene a cantar no tiene el tiempo. Lo bueno de hacer una película es que es un viaje.

-¿Cómo fue volver a grabar en español para las nuevas versiones de Tú pintas mi vida, qué significa ese idioma para usted como cantante?
-Los idiomas en los que más me gusta cantar, además del francés, son el español y el italiano, porque es más parecido al francés, uno logra tener buenos traductores.

-¿Cuánto de latino hay en el disco, que fue grabado en parte en Cuba?
-Elegimos Cuba no tanto por Cuba en general, sino sobre todo por Chucho (Valdés), porque es un músico de primer orden y da un color diferente a las canciones. Al punto de que al comienzo había escrito una música para cierta canción y luego cambió para que cupiera mejor en el estilo de Chucho. No es que haya quedado un disco a la cubana, pero siempre es interesante viajar para encontrar ritmos, colores musicales diferentes y usarlos para nuestros textos en francés.


El hombre del siglo (por un mes y medio)


-Después de haber escrito tantas canciones, ¿cuáles son las que más lo identifican?
-Las canciones son como los hijos -dice, sin esperar el final de la pregunta-. No hay diferencia entre los hijos, no hay diferencia entre una canción y otra.

-¿A quién está dedicado Tú pintas mi vida?
-Colore ma vie ("Pinta mi vida") es una canción que escribí para una obra musical acerca de (el pintor francés Henri Toulouse) Lautrec. La canción no sirvió para la obra y quedó en el disco. Por eso es "Pinta mi vida": porque Toulouse Lautrec pintaba la vida de todo el mundo.

-¿Qué significado tiene para usted haber sido elegido por la revista "Time” como el artista del siglo?
-Fue gracioso -se ríe-. No tiene incidencia sobre mí, sobre mi oficio ni mi vida. Eso pasó un mes y medio antes del fin del siglo. Así que fui el Cantante del Siglo por un mes y medio.

-¿Cómo se siente en este minuto, al fin de su carrera?
-Bueno, no hemos llegado al fin todavía. No es el fin. No hay que apurarse, ¿eh? Tómese su tiempo.

-¿Qué importancia tuvo su amistad con Edith Piaf para su vida artística?
-De Edith Piaf podríamos hablar dieciocho horas: la conocí desde el año '46 hasta su muerte, y eso es mucho. Haber conocido a un personaje tan importante, en mi oficio, y de los antiguos, me enseñó mucho. Y no sólo está Edith Piaf. También están Charles Trenet, Maurice Chevalier, Carlos Gardel… pienso que la gente debería siempre escuchar a los antiguos. Siempre hay algo que aprender en la canción.


Bohemia doblemente agradable


-¿Cómo recuerda los años de la postguerra en Francia?
-De hecho tengo muy buenos recuerdos, me acuerdo mucho mejor de ese pasado que del día anterior. Lo que pasó ayer no lo sé. Además que se puso muy de moda la posguerra. Hubo montones de películas, de programas de televisión, para confrontar a los que vivimos en esa época con ese tiempo. De hecho ayer en la televisión, en TV5, había algo sobre la resistencia.

-¿Son los mismo años de la bohemia de la que habla su canción?
-Sí, pero sabe, los artistas tenían una bohemia organizada en todo caso. No era una bohemia cualquiera, porque era dentro del mismo oficio. Era doblemente agradable: la organización y la bohemia.

-¿Qué experiencia le deja su paso por el cine, qué películas le han dejado mejores recuerdos?
-La película más importante para mí fue "Tirez sur le pianiste" (o "Disparen sobre el pianista", dirigida en 1960 por François Truffaut, uno de los cineastas de la Nouvelle Vague o Nueva Ola francesa: allí Aznavour encarna a un pianista). Porque fue una película que no funcionó en Francia, pero que fue un éxito mundial enorme. Cuando fui a Estados Unidos por primera vez a cantar allí, creían que iba a dar un recital de piano: no sabían que era cantante. Y se sorprendieron mucho.

-¿Qué piensa sobre su propio legado en la música?
-Sabe, lo interesante es que siempre se habla de mi música, pero en rigor no soy un compositor. Escribo la música, pero no soy un autor de las letras, y son sobre todo las palabras las que importan conmigo. Se dice siempre "su música", y me agrada, desde luego, pero la realidad está en el texto. De hecho, cuando está bien escrito, el texto tiene su propia música. Se puede dejar la letra hablada y casi tiene una melodía, mientras la música no incluye automáticamente una letra. Un buen texto tiene un buen ritmo también.

-¿Pero usted también ha incursionado en escribir?
-Sí. Escribo mucho. Y descarto mucho también.


Más o menos la misma canción


-¿Qué música escucha hoy, con qué cantantes le gustaría trabajar?
-Las tendencias hoy están basadas sobre todo en los ritmos, los efectos. No se puede decir que no me guste, porque siempre hay algo que pasa y es bueno comprender a la generación que viene después con sus propias ideas, su manera de escribir. Y trato de estar cerca de esa nueva generación. Me gustaría cantar con todo el mundo. He hecho muchos, muchos, muchos dúos, y me han dejado muy contento.

-De hecho usted grabó con Sinatra una canción llamada "You make me feel so young" en 1993. ¿Cómo lo recuerda?
-Bueno, él estaba en un lado y yo estaba al otro. Se grabó en directo, pero en distintos estudios.

-¿Y qué le pareció la versión de Elvis Costello de "She"?
-La escuché y me gusta mucho (es la versión de la canción original "Tous les visages de l'amour", de 1974, que Costello transformó en "She" para la banda sonora de "Notting Hill" en 1999). Me encanta que canten y graben mis canciones en otras versiones. Acabo de escuchar una versión de un brasileño que no conocía.

-¿Alguna opinión sobre Carla Bruni?
-No realmente. No la conozco. Conozco a su familia, no a sus discos. Porque el padre era compositor, hizo un oratorio que escuché en su momento. No puedo escuchar todos los discos, es muy difícil porque recibo muchos. Escucho sobre todos los extranjeros, para saber lo que pasa en el mundo musical.

-¿Cómo ve la importancia del francés en el mundo?
-No creo que se esté perdiendo. Mucha gente está empezando a hablar francés, en Estados Unidos, por ejemplo. Es cierto que se ha perdido mucho en beneficio del inglés, que es la lengua internacional más importante. Pero la nuestra sigue siendo la lengua intelectual. Así que nos satisfacemos con eso. Mientras haya buena literatura francesa va a existir el francés.

-¿Ha encontrado temáticas nuevas para escribir sobre el amor?
-El mundo cambia, el amor no. Uno sigue diciendo Te amo y no otra cosa. Uno dice Ándate y no otra cosa. Uno se divorcia… esas cosas no cambian. He escrito más o menos siempre la misma canción: una canción de amor. Sólo he puesto ángulos diferentes. Cuando vi la película japonesa "Rashomon", donde cinco personajes cuentan la misma historia, estaba muy joven y me di cuenta que se podía hacer lo mismo en la composición.

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