BERLÍN.- La Fundación Clásicos de Weimar depositará mañana una corona de flores ante el sarcófago de Friedrich Schiller, como es costumbre todos los años en el día de aniversario de la muerte del poeta, con la peculiaridad de que en esta ocasión lo hará ante un féretro vacío.
Esta singular situación se ha dado tras determinar un grupo de expertos que los restos mortales depositados en la cripta real, dos cráneos y algunos huesos, no pertenecen al poeta. Una comparación del ADN de los restos del poeta y de sus descendientes ha demostrado que los huesos atribuidos a Schiller no eran de él.
El presidente de la citada fundación, Hellmut Seemann, explicó hoy que pese al descubrimiento se ha decidido mantener el ritual de depositar la corona de flores en este 203 aniversario de la muerte.
Al fin y al cabo, dijo Seemann, aunque no se encuentren en el sarcófago los restos de Schiller, la cripta real seguirá siendo siempre el lugar de recuerdo del poeta, cuyo genio e idea siguen "flotando en el aire y nunca estuvieron encerrados en la caja".
El problema, debatido durante décadas, surgió porque Schiller fue enterrado en una fosa común en 1805 y, veintiún años después, se intentaron rescatar sus restos de entre un sinnúmero de cadáveres.
La identificación de la calavera se hizo a partir de la máscara que se había hecho del fallecido, lo que resultó sumamente difícil, pues la situación en la fosa era caótica.
En 1827 los restos que se suponían de Schiller fueron trasladados a la cripta real, donde reposaron sin que surgieran más discusiones sobre su autenticidad durante casi cien años.
En 1911, sin embargo, se halló un segundo cráneo en el mismo lugar en el que se encontró el primero, atribuido igualmente a Schiller.
Las pruebas de ADN en los descendientes de Schiller se llevaron a cabo recientemente, precisamente con la esperanza de poder disipar las dudas acerca de la autenticidad del cráneo del más famoso miembro de la familia. Y el resultado fue negativo.
La operación tuvo lugar dentro del proyecto lanzado en octubre del 2006 por la Fundación Clásicos de Weimar para arrojar luz sobre la incógnita en torno a la autenticidad del cráneo de Schiller.
