La banda se presenta mañana con toda su virtuosidad rockera.
Sitio oficial del grupo
SANTIAGO.- Empezaron en 1981, a tiempo para consolidarse a la par que toda esa clase de heavy metal fiestero de bandas como WASP, Ratt, Mötley Crüe o los reinventados Kiss entre otros.
Pero Queensrÿche no tenía mucho que ver con ellos salvo la coincidencia momentánea. Tres décadas después, el mismo grupo es presentado en su visita a Chile como una institución del metal progresivo, pero también tienden a desmarcarse de ese cerco.
"Las categorías musicales son algo que tratamos de pasar por alto, porque creo que te meten en una caja", dice Geoff Tate, el líder y cantante del grupo estadoundense, en un contacto telefónico desde Brasil previo a su visita.
Y la frase puede ser un cliché del rock, pero en su caso es cierto. Queensrÿche (se pronuncia Cuínsraic, como el propio cantante dice al teléfono) no hablaba de cerveza, motos ni mujeres californianas. Y Tate tenía, y tiene, el pelo corto.
"Entiendo que es importante que existan esos casilleros, para vender lo que estás haciendo, para darle un nombre, una reputación. Pero cuando se trata de música soy más escéptico en cuanto a las categorías. Preferiría la categoría de Queensrÿche", sonríe el cantante.
¿De todos modos la influencia de la música progresiva es importante para ustedes?
"La música progresiva es una categoría muy grande. Hay muchos tipos de progresión. Lo que hacemos, como siempre, es experimentar con la música. Nos gustan muchos estilos distintos, y tomamos todas esas influencias y las fundimos en lo que hacemos. Algunos pueden llamarlo progresivo. Otros pueden llamarlo… cacofonía -se ríe-. Algunos pueden llamarlo bulla, no sé. Todo depende de cómo percibas el arte. Lo que es arte para unos es basura para otros".
Ya han tocado en México y ahora en Brasil en esta gira. ¿Cómo ha sido la experiencia con los públicos locales?
"Maravillosa. Acabamos de tocar en Rio y fue un gran show, uno de los puntos altos de la gira, y estamos muy entusiasmados por llegar a Chile. Pienso que en Sudamérica hay una pasión por la música que no se ve en otros lugares. No sé por qué, pero queda claro en el público. Es muy receptivo: apasionado pero también muy curioso por escuchar la música y entender nuestras explicaciones de las canciones o de las ideas que hay detrás de ellas".
A propósito de eso, ¿qué canciones vienen tocando?
"Tocamos una selección de todos nuestros discos. Tenemos diez, once, doce discos (son diez los álbumes oficiales entre 1983 y 2006), y tocamos al menos una canción de cada disco, a veces dos o tres, depende de la noche. Cambiamos nuestro repertorio todas las noches, así que es un orden y una lista de canciones distintas".
Crimen mental, el regreso
Una enésima señal de la sensación predominante en los EE.UU. de la era Bush es el reciente disco de Queensrÿche, Operation: Mindcrime II (2006). El grupo ya grabó un LP llamado Operation: Mindcrime en 1988, y fue ahora que Tate juzgó necesario retomar el proyecto.
"Noté ciertas similitudes entre el tiempo actual y la época en que el Operation: Mindcrime original fue escrito -comenta-. Es una situación similar la que tenemos en Estados Unidos, social y económicamente. Me parece una época interesante, y fue una especie de señal de que era hora de terminar la historia".
Retomaron ese trabajo después de dieciocho años. ¿Qué conexión ves entre los dos discos ahora?
"Hay muchas similitudes entre ellos. Los dos abordan la misma historia, musicalmente buscamos temas, cambios de acordes, sonidos de guitarra que fueran afines. El verdadero desafío fue cómo crear un paisaje sonoro similar para conectar la historia con el sonido, sin abusar de la tecnología que hemos tenido desde los '80".
¿El espíritu también es el mismo? La idea imperante es más bien que el mundo ha cambiado mucho, en un escenario global, hipercomunicado.
"Pienso que cuando hablamos de cambios sociales las cosas pasan muy lento. Creo que son cambios generacionales. La tecnología avanza muy rápido, tenemos Internet, un mundo digital y todo eso es innegable. Pero lo real, el modo en que la gente vive, cómo se relacionan entre ellos, cómo enfrentan a los gobiernos, a los impuestos, todo eso se mueve muy lentamente. Es un mundo muy similar a cuando empezamos".
Queensrÿche actuará este domingo 18 de mayo a las 19 horas en el Teatro Teletón de la capital, con boletos disponibles en $15.000, $20.000 y $25.000 más recargos en el sistema Ticketmaster.