CANNES.- La entusiasta ovación que hoy recibieron el director Mateo Garrone y el escritor Roberto Saviano no dan lugar a dudas: "Gomorra", la película sobre la base de la mafia napolitana también se ha impuesto en el Festival de Cannes.
Los diez guardaespaldas que custodiaban el acceso a la sala donde se realizan las ruedas de prensa en el certamen francés dan una idea sobre el enorme despliegue de seguridad que se ha tenido que hacer para que hoy estuviera presente en Cannes Saviano, autor del libro que ha dado lugar a la película.
Traducido a 34 lenguas, la obra, una mezcla de ensayo y ficción, constituye todo un fenómeno en Italia, donde el escritor vive en un lugar secreto permanente custodiado por la policía, tras haber permanecido infiltrado durante años en la Camorra napolitana, para la que trabajó como periodista.
"No esperaba que la película fuese tan bien recibida", dijo Saviano, quien esta tarde no estará en la presentación oficial de la película, ni se paseará por la alfombra roja por razones de seguridad.
"La gente está cansada de la ficción y el folclore en las películas normales de crímenes", añadió el escritor, que también firma el libreto de la película (junto con otros cinco guionistas) para que "el alma del libro se respetara".
Saviano lamentó que en Italia se le señale con el dedo por ser crítico con su país, a diferencia de lo que ocurre en otros lugares. Sólo "traté de hablar del lugar donde nací, el que amo y odio al mismo tiempo", sobre gente "obsesionada con el nacimiento y la muerte, pero que al mismo tiempo crea empresas".
La Camorra, que reina en un territorio sin fronteras, es -según Saviano- reponsable de más de 10.000 muertes en los últimos 30 años, "ha causado más muertes que en la Franja de Gaza", y ha matado a más personas que ETA o IRA. Distribuye droga, trafica con armas e invierte las ganancias en negocios "legales" como la construcción, el turismo o los supermercados, entre muchos otros.
Poder, dinero, pobreza, corrupción y muerte son los ingredientes de los que se nutre la Camorra en la Vele di Scampia, un suburbio de Nápoles donde tiene su feudo.
Si el "Padrino" mostraba cómo se movían los hilos y se centraba en los líderes de los clanes o familias, "Gomorra" retrata de forma sutil la carne de cañón de la que se nutren las mafias, la base de ese mecanismo que ha devenido en la primera "industria" del país.
Garrone, que junto con Paolo Sorrentino (Il Divo) ha vuelto a colocar el cine italiano en la competición oficial de Cannes, rueda sin maniqueísmos un fresco sobre el feudo de la mafia en el que evita clichés y ni un solo encuadre remite a la "bella" Italia de las postales.
"No me siento en peligro", añadió Garrone, quien pese a conocer las condiciones en las que vive Saviano, decidió igualmente hacer la película.
Raras veces funciona el traslado de un éxito literario a la gran pantalla, pero cuando se ve "Gomorra" dan ganas de leer el libro.
La potencia de esta historia ha colocado en un plano muy secundario el debut filipino de Brillante Mendoza, "Serbis", un filme ambientado en un cine para adultos de una ruidosa ciudad filipina, que expone la dualidad de la moral recreándose en algunos de sus aspectos más sórdidos.
