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Nueva voz para Violeta Parra

Tiene 23 años, vive en Valparaíso y ahí va a presentar este sábado 24 de mayo su primer disco: Pascuala canta a Violeta, donde Pascuala Ilabaca canta a Violeta Parra. "Pensando en cómo ella lo hubiera hecho con los instrumentos de ahora", explica.

22 de Mayo de 2008 | 10:19 |

"Del tormento a la guitarra eléctrica" es el nombre con que empezaron a celebrar su homenaje a Violeta Parra. La guitarra eléctrica y el tormento, el otro nombre que tiene ese instrumento de percusión del folclor chileno también conocido como tañador, son los amplios márgenes con que la cantante y compositora Pascuala Ilabaca y los músicos Cristian Retamal y Jaime Frez han recreado el repertorio de esa fundamental artista chilena y lo acaban de registrar en un disco: Pascuala canta a Violeta.

La grabación será lanzada este sábado (ver recuadro) en Valparaíso, donde los tres viven y han estudiado música en la Universidad Católica, con maestros como Eduardo Cáceres. Han pasado siete meses desde que el grupo estrenó este homenaje en vivo, con motivo de los noventa años de Violeta Parra cumplidos en octubre de 2007, con una actuación al aire libre en la Plaza Aníbal Pinto de Valparaíso en la que también se presentó Ángel Parra, el hijo de la folclorista.

-Luego (Ángel Parra) llamó por teléfono y dijo que le encantó el homenaje y que era muy bueno lo que estábamos haciendo. Le mandamos las grabaciones, él aprobó todo el proyecto y nos ayudó un montón -reconoce Pascuala Ilabaca desde Valparaíso. Luego de eso, otros lugares del puerto como el museo de La Sebastiana, La Piedra Feliz o la Plaza Aníbal Pinto y también diversas poblaciones de Santiago, en una gira con el respaldo del Ministerio de Cultura, han sido escenarios de este concierto en el que el trío combina el relato de las etapas de la vida de Violeta Parra con las canciones.

Pascuala canta a Violeta consiste en una canción original, "La tormentosa", y catorce de esas versiones, con instrumentos del rock como batería y guitarra eléctrica, de la música hindú como el tabla y del folclor chileno como tormento, pandero, trutruka y trompe. Entre ellas están los motivos folclóricos de "Parabienes al revés" y "Casamiento de negros", la inspiración mapuche de "El guillatún", la exploración audaz de "El gavilán" o las "Anticuecas" y los versos combativos y contingentes de "La carta", "Arauco tiene una pena", "Y arriba quemando el sol" o "Maldigo del alto cielo".

-¿Cómo hicieron la selección?
-Buscamos algunas canciones recopiladas por ella, como "Teneme en tu corazón", con otras más descriptivas, como "Puerto Montt está temblando", donde va contando en décimas lo que pasa, como un diario de vida, casi. Son hartos temas que la gente no tiene tanto en el oído. El requisito es que fueran canciones potentes y distintas.

-No están "Volver a los 17" ni "Gracias a la vida". A propósito no quisieron poner las canciones más conocidas?
-Claro. Y fue una opción que tuvimos que defender igual, y al final lo logramos. Ante la repetición excesiva de esas canciones se han vuelto agobiantes. Ya a mí no me gusta "Gracias a la vida" porque la han tocado tantas veces, hay doscientes versiones, en jazz, todas las cantantes la hacen… no hay por qué repetirla.

-Siempre hay una necesidad innata de un músico de abrirse a otros horizontes -agrega Jaime Frez, el percusionista-. Sentimos que si la Violeta pudiera estar ahora haciendo música quizás estaría tocando la batería y conectada con un pensamiento más global, a lo mejor mirando más aun hacia la música mapuche. Quién sabe.

-Está "El gavilán", que es una obra grande y más extraña para el oído normal -pone por ejemplo ella-. O "Arriba quemando el sol", más rockera, con guitarra eléctrica, pensando en cómo la Violeta Parra lo hubiera hecho con los instrumentos que hay ahora.

-¿Cómo se plantean al recrear a Violeta Parra: con más respeto o con más libertad?
-Existe un respeto que viene de la admiración -explica Pascuala-. La idea era mantener la esencia: una esencia cruda, tosca, rústica, bien sencilla. Nos quisimos romper eso cambiando la armonía a algo más desarrollado. Es guitarra, batería y canto: conserva un sonido crudo. Pero metimos otra instrumentación: trompe, tabla hindú incluso, tormento, batería, guitarra eléctrica, cuatro, acordeón.

-Es tratar de se lo más crudo posible -coincide Frez-. De reproducir lo que ella irradiaba con los ritmos y de ahí aumentar los colores. Potenciar el material de la misma Violeta, sin rearmonizar nada. Para mí es el ritmo que me hace ella misma sentir.

-¿Ese mismo carácter es el que les gusta de ella?
-Es esa crudeza que siento que es parte de nuestra personalidad chilena también -dice la cantante. "No es como un brasileño, que tiene un clima calientito; éste es un gallo medio con frío, medio cortado. Ella misma era talentosa pero pesada. Hay una austeridad que tiene que seguir siendo cruda y rústica. Y media corta de genio", sonríe. "Es muy orgánico el proceso", concluye el percusionista. "Hay músicas suyas que pueden parecer muy cerebrales, muy de la mente, pero que son puro corazón".

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