EMOLTV

Alberto Cortez: "La próxima canción que escriba será la mejor de mi vida"

El cantor argentino se presenta mañana y el jueves en el teatro oriente. Este viernes va al Municipal de Viña y su gira termina el sábado en Talca.

27 de Mayo de 2008 | 13:32 | Iñigo Díaz, El Mercurio Online

SANTIAGO.- “Panky, punky o unky da lo mismo. Es música hecha por jóvenes ingeniosos que lograron tomar una canción que no estaba hecha para ser cantada de la manera en que lo hicieron”, dice Alberto Cortez.

Es el histórico cantor y compositor pampino que toda esta semana estará en Chile para cerrar la gira de su álbum Acústico, con presentaciones mañana y el jueves en el Teatro Oriente, el viernes en el Teatro Municipal de Viña del Mar y el sábado en el Teatro del Maule de Talca.

Alberto Cortez se refiere al grupo punk Attaque 77, que tomó una de sus canciones urbanas y la reconvirtió en un certero ataque de punk melódico, “El callejero”. “Una vez me encontré con los chicos en el aeropuerto de Barajas en Madrid. Se acercaron a mí con temor pensando en que yo los iba a retar. Me dijeron, 'nosotros somos Attaque 77’. Pero yo los felicité por lo que hicieron, me pareció fantástico”, dice.

El argentino tiene hoy 68 años y un vértigo a las escaleras desde hace mucho tiempo. Por eso no esconde la tensión que le provocó subir los tres pisos del edificio de Radio Romance, donde se presentó ante la prensa. “Cuando recibí el Grammy en Las Vegas me caí en una escalera mecánica. Alguien tomó mi cabeza y me dijo ‘tranquilo, te tengo’. Cuando me di vuelta vi que era una bella mujer rubia. Entonces que no me digan a mí que uno no tiene un ángel guardián”, bromea.

Cuando un amigo llega

Alberto Cortez ha vivido en España por los últimos 40 años. Llega hoy como uno más de los grandes artistas “para adultos”, como él dice, y que han poblado las carteleras de música en la ciudad, comenzando por Charles Aznavour y luego con Camilo Sesto y Roberto Carlos. Considera este regreso a Chile como "un retorno del exilio". Durante años fue uno de los artistas invitados a programas televisivos nacionales, pero de pronto desapareció.

“No sé si les empecé a aburrir o la televisión cambió, pero antes yo participaba cada año de los programas de Mario Kreutzberger y los de Raúl Matas. Él es una persona muy importante para mí, pues cuando estaba en el sello Hispavox, me preguntó cómo quería que se llamara mi nuevo disco. Yo le dije A mis amigos (1975), entonces él me dijo que tenía que escribir una canción para ellos. Y así nació ‘A mis amigos’, gracias a Raúl Matas, canción en la que participó nada menos que Paco de Lucía, el único capaz en hacer cantar una bulería a un argentino”.

A mediados de los ’90 Cortez regresó a Chile para actuar junto al trovador y humorista  Facundo Cabral en un espectáculo llamado “Lo Cortez no quita lo Cabral”, y en 2005 se presentó silenciosamente en Temuco y Concepción. “Temuco tiene mucha importancia para mí porque está ligado a Pablo Neruda. En este concierto vamos a presentar una carta que le escribimos a Neruda y que nunca le llegó. No conocíamos su dirección por lo tanto escribimos ‘Pablo Neruda, Chile’ convencidos de que llegaría”.

El Grammy y las canciones

Su concierto será un repaso de canciones y recitados que no pueden faltar, “Mi árbol y yo”, “Romance de barco y junto”, “A mis amigos”, “Te llegará una rosa”, “Cuando un amigo se va”, “El vino”: “Por supuesto que habrá un recitado en ‘El vino’, más aún estando en una tierra vitivinícola como Chile. El vino ha sido un gran transmisor de novedades desde el comienzo de los tiempos”, dice.

A los 68 años, pareciera que ya Alberto Cortez lo hizo todo: “Estoy cosechando lo que sembré durante años. He hecho muchas cosas pero quedan muchas otras por hacer. Quisiera tener un pequeño avión a reacción, una pequeña casa en la sierra, una pequeña… (ríe y recuerda a Juan Verdaguer, el humorista montevideano). Quedan cosas por hacer: mi próxima canción será la mejor de mi vida”.

En 2007 Cortez recibió un premio Grammy y para él llegó como un reconocimiento distinto. “Hay que pensar que el Grammy es un producto del marketing y yo nunca he estado en el mercadeo. Antes estuve en un sello y cuando me hice viejo me dijeron que ya no tenía que estar en el sello, porque ahora había que producir música joven. Creo que nunca el sello ha vendido tantos discos clásicos de mi historia. Son los artistas clásicos los que mantienen vivos a los sellos”.

“Este Grammy es un reconocimiento a la excelencia musical y no a la trayectoria. Las trayectorias comienza y termina, pero la excelencia está ahí. Yo no escribo una nota de más ni una nota de menos en mis canciones y ustedes no saben cómo está de llena la papelera (el basurero) con ideas de canciones que fueron desechadas”, dice.

Violeta y Atahualpa

Parte fundamental de la obra de Alberto Cortez está en dos de los lados poéticos de Latinoamérica. Violeta Parra y Atahualpa Yupanqui son frentes de llegada desde sus canciones.

“Creo que Violeta Parra se una persona que tuvo más trascendencia que Atahualpa, quien es un folclorista y gran poeta. Era un caminante que recogía ideas de los paisajes y las personas. Violeta Parra tenía otro vuelo. Es más personal que folclorista. ‘Volver a los 17’ está dedicada a ella misma, como ‘Gracias ala vida’ y toda su obra. Tuvo que morir para que esa dedicatoria fuera asumida como propia por toda la gente”.

“Cuando un amigo se va” (1969) es posiblemente la canción más emblemática de Alberto Cortez. ¿A qué amigo está dedicada? La duda la despeja el autor: Al padre. “Era mi amigo, mi primer amigo. Me hizo participar de su vida, pero no como un padre que acompaña al hijo sino que me hacía paticipar de sus amistades, de sus sueños, de sus ambiciones”.

Fue durante una estada en Bélgica cuando le notificaron a Cortez que ese padre estaba muy enfermo. Un cáncer lo tenía en sus últimos días. “El deber de un hijo no es ver morir al padre. Es mantener la idea del padre en la mente”.

No pudo viajar a acompañarlo y poco después, a cinco minutos de iniciar un concierto en Madrid, recibió la noticia de su fallecimiento. “No sé qué pasó esa noche en el escenario, pero después sé que caminé toda la noche por Madrid y al llegar al hotel escribí las primeras líneas de una canción que se llamó ‘Cuando un amigo se va’”.

EL COMENTARISTA OPINA
¿Cómo puedo ser parte del Comentarista Opina?