''Me halagan por la lucha por la paz. Pero yo no lucho por la paz. Para luchar por la paz hacen falta muchos otros instrumentos''.
Reuters
BUENOS AIRES.- El director de orquesta y pianista argentino Daniel Barenboim fue nombrado hoy “ciudadano ilustre” de Buenos Aires en una ceremonia en la que aseguró que no lucha por la paz sino “contra la ignorancia” y que el conflicto palestino-israelí es “humano” y no político.
"Me halagan por la lucha por la paz. Eso no es verdad. Pero yo no lucho por la paz. Para luchar por la paz hacen falta muchos otros instrumentos. Lo que yo puedo hacer, y puede hacer cada ciudadano del mundo, es luchar contra la ignorancia,” dijo el creador de la West-Eastern Divan, la única orquesta formada por jóvenes israelíes y palestinos.
En un acto en la Legislatura de la capital argentina, Barenboim sostuvo que la ignorancia y “el temor a saber demasiado sobre ciertas cosas” llevan “a la injusticia y a la violencia.”
El afamado pianista y director de orquesta consideró que el conflicto palestino-israelí no se soluciona porque no se entiende que es “un tema humano” y se afronta como “un problema político-militar”.
El piano magistral
"No se va a encontrar una solución si se sigue observando de esta manera, porque un conflicto político-militar es un conflicto de cantidad de territorio. Pero este conflicto es humano, porque es el conflicto de dos pueblos que sienten el derecho de vivir en la misma tierra. Este no es un conflicto político, por eso no tiene solución militar. Es un conflicto humano,” afirmó el músico.
Barenboim señaló que la solución al problema no pasa por la tolerancia, “porque se tolera a alguien ’a pesar de’, no por cariño (...) Lo que necesitamos es superar la ignorancia para aceptar el derecho que cada ciudadano tiene”, subrayó el músico, nacido en Buenos Aires en 1942 en el seno de una familia judía de origen ruso.
Barenboim, que reside en Berlín, debutó como pianista en 1952, hizo su primera grabación en 1954 y desde entonces no ha parado de recopilar las más importantes obras del repertorio para piano, incluido el ciclo completo de sonatas de Mozart y de Beethoven.
Paralelamente a su experiencia como pianista, ha desarrollado una brillante carrera como director, que lo ha llevado a dirigir, entre otras, la Orquesta Sinfónica de Chicago, con la que ha cosechado éxitos en todo el mundo.