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Volver al futuro

En sólo un par de canciones el brasileño borró los 15 años que pasaron desde su última visita al país, de la mano de composiciones imperecederas, una voz intacta y la demostración de su plena vigencia.

18 de Junio de 2008 | 09:57 |
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Brasil siempre gana. El cantante de la jovem guarda de los años '60 reconoció a su público nacional después de quince años de no pisar estos escenarios. Y logró un triunfo rotundo.

Juan Eduardo López

Muchas veces suena a lugar común, pero en boca de Roberto Carlos la frase resulta inevitablemente certera. "Ha pasado tanto tiempo. Demasiado para mí", dice. Tal vez ni él mismo lleve la cuenta de los quince años que habían transcurrido desde su última visita a Chile, pero, al igual que el público que llegó esta noche a la Arena Santiago, los sentía.

Porque quince años es una espera bastante larga para volver a ver a un artista como el brasileño, que a sus 65 años (que según algunos serían, en realidad, 67) apareció en el recinto de Parque O'Higgins con registro intacto y respondiendo fielmente a su más recordada estampa (salvo por el brushing).

Así apareció ante las cerca de nueve mil personas que llenaron las localidades tras una introducción en off digna de estrella ("señoras y señores, con ustedes Roberto Carlos"), para interpretar —pedestal hacia el lado— "Emociones".

Fue el puntapié inicial para una seguidilla de clásicos, que dan cuenta de todas sus facetas: la más romántica ("Qué será de ti"), la más sexual ("Cama y mesa", "Cóncavo y convexo"), la más nostálgica ("Lady Laura", "Amigo") o la religiosa ("Jesucristo").

Todas al amparo de una orquesta de doce prolijos músicos, los mismos que —según cuenta— lo han acompañado en la mayor parte de su carrera y que manejan su repertorio a la perfección. Tal vez lo mismo provoque que, por instantes, suenen algo fríos, demasiado ordenados y compuestos. Un ánimo que se proyecta hacia el público, que escoge la contemplación íntima por sobre los pequeños o grandes desbordes a que la balada latina nos tiene (mal) acostumbrados.

Sin embargo, ello no resta emotividad al regreso del brasileño, que se encarga de promoverla en distintos momentos. Como cuando aparece desde la penumbra con una guitarra, para partir interpretando a solas una íntima versión de "Detalles". Pero especialmente emociona cuando se sienta al piano para interpretar "María Rita meu amor", un acróstico musicalizado que construye en pantalla, dejando ver al final el título de la canción en medio del texto.

Es la evidencia de la presencia y dedicatoria a su última esposa, cuyo fallecimiento en 1999 lo tuvo un año fuera de los escenarios de su país, y siete alejado de los internacionales. Un luto que llegó a su fin y que también se tradujo en nuevas creaciones, de las que ojalá el brasileño no nos prive tanto tiempo como la última vez.

Un millón de canciones

1. Emociones
2. Qué será de ti
3. Cama y mesa
4. Detalles
5. Desahogo
6. Lady Laura
7. La carcachita
8. Maria Rita meu amor
9. Mujer pequeña
10. Propuesta
11. Cóncavo y convexo
12. El gato que está triste y azul
13. Instrumental (presentación banda)
14. Brasil (meu Brasil brasileiro)
15. Si el amor se va
16. La distancia
17. Amigo
18. Jesucristo (Jesus Cristo)
19. Amada amante
20. Un millón de amigos