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Weezer (The red album)

20 de Junio de 2008 | 18:02 |
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En las profundidades de los '90, las guitarras ultrasaturadas y la melodía sunshine pop de "Buddy Holly", lograron reactualizar la moral y el sonido power pop superando los nobles intentos de los escoceses Teenage Fanclub. Mientras estos últimos trataban de sonar como Big Star y The Byrds, el espectro de influencias de Weezer iba desde Van Halen a las compilaciones "Come out and play", desde el garage sesentero hasta Pixies. Eso, sumado al talento cancionero de Cuomo y la producción del mismísimo Rick Ocasek (The Cars), convirtió su debut (conocido como The blue album, 1994) en una obra extraordinaria. Y pensar que sólo fue hecha para pagarse los estudios universitarios.

Catorce años después, aparece este tercer homónimo ya rebautizado como The red album. El 2001 habían sacado lo que se conoció como The green album. ¿Será que la banda siempre está empezando? Algo de eso hay al escuchar "The greatest man that ever lived" cuya vocación de himno recuerda sobretodo al explosivo The blue album. Al igual que la ecualización de las guitarras y la vocación "hímnica" en "Dreamin'" "Pork and beans" (ojo con el video que incluye a celebridades de la web 2.0). O "The angel and the one" que remite a sus clásicos cierres épicos como "Haunt you everyday" de su anterior disco Make believe (2005).

Pero, ¿es acaso esto malo? Para nada, sobre todo si consideramos el talento de Cuomo y sus muchachos al procesar treinta décadas de ese power pop, el heavy metal más despreciado o incluso las producciones de Timbaland ("Throught I know") y hacer el tipo de canciones-himno que probablemente soñaron con escuchar en la radio cuando niños. Porque al igual que "In the garage" (1994) donde contaban la historia de un niño rodeado de posters de Kiss, juguetes y su guitarra eléctrica, en "Heart song", ahora hablan de las viejas canciones radiales: "Quiet Riot fueron los primeros en agitar mi cabeza / Iron Maiden, Judas Priest y Slayer/ me enseñaron a romperla / Sin embargo debo reconocer que a veces escuchaba en la radio / Debbie Gibson, diciéndome eso que piensas que estamos solos / Michael Jackson en el espejo (...)".

Y el buen Rivers Cuomo si que sabe de canciones. El año pasado desenterró una colección de 18 canciones de más de ochocientas grabadas en formato de demo. El título era significativo: Alone. Es curioso que aunque Weezer es casi un proyecto de autor (se han ido integrantes y casi nadie lo ha notado, por ejemplo), su compositor prefiera seguir usándolo como escudo. Y ahí están las oleadas de sobreexposición tras un hit acompañado de un video (¿hay otra banda donde absolutamente todos sus videos sean buenos y a pesar de eso, las canciones son mejores aun?), las críticas tibias, las comparaciones. Por eso insiste tal vez en titular estos discos como si fueran los primeros, para no mirar atrás.

En un contexto que incluso asocia a Weezer al emo más bobalicón o al indie más infantilista (como My Little Airport o los chilenos Dënver), este disco demuestra que lo verdaderamente nerd es subirle el volumen al máximo a tu guitarra ("Automatic", con arpegios a lo Living Colour), creerte un Red Hot Chili Pepper (por favor escuchar la sorprendente "Everybody get dangerous") y pensar en las noches donde grababas canciones del hit parade en tu radio. Y tenías tiempo para escucharlas completas.

—JC Ramírez Figueroa