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El hito de Pierrot Lunaire

La obra de Arnold Schoenberg aparece como un pequeño relato operático, con personajes, vesturario, iluminación e historia. Nora Miranda fue la protagonista y un ensamble dirigido por Aliosha Solovera, el encargado de la música escrita en 1912.

23 de Junio de 2008 | 12:23 |
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La puesta en escena de la obra magistral de Arnold Schoenberg en el Centro de Extensión UC. Uno de los hitos de la música de cámara del año.

El Mercurio

No creemos equivocarnos al decir que la Temporada de Cámara 2008 de la Universidad Católica es una de las más importantes que se hayan realizado en nuestro país, en virtud de una programación del mayor interés y calidad.

Impactó antes la presentación de la “Historia del soldado” de Stravinsky y ahora vuelve a sorprender la producción de “Pierrot Lunaire” de Arnold Schoenberg, también con una puesta en escena de de Miryam Singer. Y como lo bueno es atrayente, no extraña la enorme convocatoria de público que ha tenido este ciclo, repletando semanalmente el Salón Fresno del Centro de Extensión.

El programa se completó con dos obras impresionistas que se escucharon en la primera parte. Se inició con la “Introducción y allegro para arpa, flauta, clarinete y cuarteto de cuerdas” de Maurice Ravel, pieza dirigida por el solvente Aliosha Solovera.

Luego de un comienzo un tanto inseguro, el conjunto ofreció una convincente versión de la hermosa obra. El rendimiento de cada uno de los músicos fue musical y atento a la dirección. Pero debemos destacar la intervención del arpista invitado Erik Groenestein-Hendriks, el solista en arpa, de extraordinaria musicalidad y virtuosismo.

Luego un conjunto más ampliado interpretó la transcripción para once músicos escrita por Arnold Schoenberg, para el “Preludio a la siesta de un Fauno” de Claude Debussy.

Si bien Solovera captó muy bien el carácter impresionista de la obra de Debussy, el hecho de contar con dos instrumentos de afinación tan precisa, como el piano y el armonio, en ciertos momentos dejó en evidencia la leve desafinación de los violines primero y segundo.

En este caso destacaremos la actuación de Guillermo Lavado en flauta, Rodrigo Herrera en oboe y Dante Burotto en clarinete, por la musicalidad y el vuelo melódico mostrado.

En la segunda parte la imaginativa y expresionista puesta en escena de Miryam Singer, para “Pierrot Lunaire” de Arnold Schoenberg, escrita en 1912, cerró esta magnífica jornada.

La importancia de llamarse Miryam

Es difícil señalar la gran cantidad de aciertos de la producción, pues desde el acompañamiento instrumental hasta la escenografía, desde cuyo fondo negro emergían caras y cuerpos del protagonista y sus cinco réplicas, rematando en una iluminación sugerente y hermosa, que acentuó el desarrollo del drama.

Nora Miranda encarnó a Pierrot en este semi canto, con esquicios melódicos, dando muestras de un apabullante profesionalismo al transitar por los diversos estados emocionales del protagonista y manteniendo siempre una perfecta sincronía con el conjunto dirigido por Aliosha Solovera.

Las cinco “réplicas” a cargo de las actrices María Paz Blanco, Camila Francovich, Valeria Fuenzalida, Daniela García y Camila Silva, no sólo actuaron. También hicieron pantomima y bailaron con sorprendente profesionalismo, en acciones en espejo, imitando y complementando los movimientos de la protagonista. La sutileza de sus desplazamientos dieron el marco preciso para el drama desarrollado estupendamente por Nora Miranda.

Este trabajo da cuenta del esmerado profesionalismo con que se preparan las puestas en escena del IMUC, siempre bajo la batuta de Miryam Singer, quien además generalmente diseña escenografía, vestuario e iluminación, encargándose además de la régie. Luego de presenciar esta versión de Pierrot Lunaire, creemos que al menos debe presentarse así, para que el público pueda captar todos los valores estéticos que la obra posee. Sin duda, este será uno de los hitos musicales del 2008.

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