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Aquí

25 de Junio de 2008 | 20:24 |
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Desde 2006 el artista chileno Andrés Subercaseaux está establecido en Nueva York, donde estudia música y cine, y aunque sea un lugar común oir que Nueva York es un lugar cosmopolita, es una buena definición para su primer disco, grabado y publicado en esa ciudad. Aquí es cosmopolita. Pero no al modo literal de un cruce de culturas ni de un mosaico étnico, sino por la libertad con la que el músico selecciona y combina distintos tipos de ideas para transformarlas en canciones siempre accesibles.

No se trata sólo de mezclar estilos o instrumentos. A ratos surge ese sonido instrumental que instaló el post-rock, que podría ser un estilo, o aparecen cintas dadas vuelta, que equivalen a un instrumento, pero es eso y más: cada canción tiene un énfasis distinto. Puede estar en el paisaje que crea la primera de ellas, que no por nada tiene el apropiado nombre de "Amazonas". En "Éxodo" es el timbre: el sonido particular que un instrumento, que aquí podría ser un sitar o una guitarra y da igual. En "Saw" es la idea de la banda sonora imaginaria, a partir de una composición impredecible de clarinete y saxo. En "Pensando que" es el rock, en "Exit" es el software, en "Satsko" es la chilenidad y en "Morning again" son las posibilidades de un instrumento dado, en este caso la guitarra.

En "In my world" es la idea de la canción, una canción despojada y amoblada con pianos y guitarras. En "The illiest" es el enfoque: el tratamiento electrónico para ritmos y coros. En "Ella me dijo" sí es el género: ahí Subercaseaux compone una bossa nova personal en castellano. En "Here" es la dualidad de hacer una canción simple y compleja a la vez, que se pueda cantar aunque tenga un compás complicado y aunque termine con unos coros entretejidos como sabía hacerlos Stereolab. Y en "NYC" es justo la idea de una música cosmopolita, entre un imaginativo patrón de batería y un bandeoneón piazolesco. Esa canción lleva justo el nombre de Nueva York. Pero cuando el autor pinta "Aquí" en la carátula de este disco, es posible que a fin de cuentas no esté hablando de un sitio físico, sino de un lugar donde cada canción tiene una naturaleza distinta, como pasa aquí.