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Buddy, toca otra vez

A su paso por Santiago en su gira de despedida de los grandes escenarios, el popular cantante melódico chileno demostró el pasado domingo 6 de julio todo su poderío musical en el teatro Caupolicán.

07 de Julio de 2008 | 21:04 |
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Grandes éxitos de verdad: Buddy Richard demostró una historia de canciones populares el domingo en el Teatro Caupolicán.

Foto: Cristian Carvallo.

Buddy Richard, el hombre que entre sus célebres versos dedicó uno con el corazón herido a una profesional de la mentira, ha sido a su vez en la vida musical un profesional de la despedida. "Ella se ha ido llevando mis sueños", "Sé que te alejas y debo quedar sin ti", "Cielo, no puedes marcharte así", "Piénsalo bien si me vas a dejar" son líneas que surgen una y otra vez esta noche en el Teatro Caupolicán de la capital, ahora que es él el que se está despidiendo.

De hecho esto es "Despídeme con un beso", la gira nacional con que, a sus 64 años, el autor y cantante melódico chileno actúa por última vez en grandes escenarios. Y sobre todo es una prueba de poderío. Es una trilogía mayor la que forman "Balada de la tristeza", "Tu cariño se me va" y "Mentira", una por cada década desde los '60 a los '80. Pero en vivo, con el apoyo de Horacio Saavedra en dirección y una línea de saxo, trompeta y trombón además de su grupo habitual, Buddy Richard arrasa con un cancionero que incluye además "Despídete con un beso", "Si me vas a abandonar", "Guitarra, toca otra vez", "Espérame", "Por ti", "Sé" y "Te necesito". Todos grandes éxitos. Y eso que deja fuera "Ahora que te vas de mí", otra gran canción de despedidas.

Incluso sucesos pop extranjeros como "Sunny" (1966), de Bobby Hebb; "Tie a yellow ribbon ‘round the old oak tree" (1973), grabada por Perry Como, o "There's a kind of hush", popularizada por los Carpenters en 1976, dejan de ser sucesos pop extranjeros: son canciones de Buddy Richard desde el minuto en que él canta "Cielo", "Ata una cinta amarilla al viejo roble" y "Dulcemente" respectivamente. Por eso es un emotivo gesto el suyo cuando, a la tercera canción, que es "Amor por ti", de pronto aparece por la izquierda del escenario otro cantante de traje y micrófono en mano y sí, es Marco Aurelio, el autor de esa balada en la que el protagonista pide "Nunca, nunca, vida mía, pienses eso".

-En Chile hace falta reconocer a los autores -dice Richard al final de ese primer dueto, y no es un mero discurso sino una realidad, con el aval del público ahí al frente que, aunque no ha copado la capacidad del recinto, canta de memoria y con pasión esa y todas las demás. Y el reconocimiento autoral también vale de vuelta. "Esta la hizo famosa el Pollito. Pero el que la escribió fui yo", aclara el anfitrión antes de que un nuevo invitado, José Alfredo Pollo Fuentes, suba a cantar "Con mi bombo y mi chin chin" en otro dueto de pachorra nacional.

Una tercera colaboración notable es "Quiera Dios", compuesta con Wildo, no sólo por la emoción de la melodía, sino porque así es el talento de Buddy Richard: un hombre que aprendió y se apropió de las claves del pop internacional de su tiempo para hacer pop y baladas chilenas. "Quiera Dios" cabe en la mejor tradición de la canción orquestada de habla hispana. "Tu cariño se me va" es fiebre, sudor y soul. Y rock. "Espérame" es la mejor respuesta al Hervé Vilard que cantó "Capri", y ahí Buddy Richard muestra la estatura necesaria para hacer una cita musical a su propia "Balada de la tristeza".

Más historia llegan a poner en juego los invitados de la noche. Son Marisa y los Hermanos Zabaleta en directo desde la Nueva Ola, Luis Dimas y el modo en que sólo él sabe bailar twist a los 64 años, y Lucho Muñoz con el impacto certero de la pasión con que canta "Cómo deseo ser tu amor", el éxito que grabó en 1970 al frente del grupo melódico chileno Los Galos. Luego es el dueño de casa quien se permite una cita a su álbum En vivo en el Astor (1969), con el bolero "Angelitos negros", el mismo medley en inglés de ese LP y la exacta anécdota que el propio Richard cuenta en ese disco.

-Cuando tuviste que vender el auto -le grita desde la platea alguien que debe haber escuchado muchas veces el long play.

-Justamente, cuando tuve que vender el auto. Se saben todas mis historias... Y todavía ando a pata –sonríe Buddy Richard, tomado por sorpresa aun a sus 64 años de experiencia. Falta la andanada final de sucesos consecutivos entre "Mentira", "Por ti", "Si me vas a abandonar", "Balada de la tristeza" y una nueva versión de "Tu cariño se me va", otra canción de despedida para el cierre. Pero la despedida se hace cuesta arriba tras una auténtica cumbre entre Buddy Richard y Marco Aurelio, una espiral de canciones populares y un animal de escenario como dueño de casa.

-Lo estamos pasando bien, ¿no, negro? -le guiña en un momento el cantante a Horacio Saavedra con cariño bohemio. Buddy Richard, el mejor autor e intérprete melódico chileno, el profesional de la despedida, esta vez no parece con muchas ganas de decir adiós. Y ni falta que hace.

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