Animal: la película

Para Marcelo Vergara (33, Antofagasta), el sólo hecho de editar su disco Animal (2008, independiente) ya es una meta. La recepción, las ventas o la idea de éxito, lo tienen sin cuidado. "Es más, ahora estoy pensando en el siguiente. Ni ahí con esa fama que persiguen muchos músicos", dice. Sin embargo, detenerse en Animal, es una experiencia altamente recomendable.

Un nutrido escenario propuesto por estas doce canciones que abarcan tanto soul jazz ("Me recuerdas a mí") como balada country-rock ("Cuando era joven"), pasando por raíz latinoamericana ("Plumita blanca"), densos pasajes rockeros ("Animal") y una pieza funk acertadamente titulada "Hay un disco mítico que grabaron Jimi y Miles". "Si te fijas todas las canciones están centradas en un riff, una célula rítmica que indudablemente me viene del rock", explica.

El disco será presentado este martes 15 de julio en el Centro Cultural Matucana 100 y el músico promete un show demoledor. "El buen trabajo musical no sólo incluye la grabación, sino que también el show. Que la gente vea algo que le llame la atención, que se note un trabajo. No me gusta nada esa parada del rockero de "vayamos y toquemos". Yo soy más a la antigua, cuando todo era más lento, los músicos estudiaban veinte años. Ahora se valora la onda porque tocan mal".

¿Es esto fusión?

De hecho Vergara, después de intentar tres años con Ingeniería Civil en Santiago, finalmente se metió a estudiar música en la Universidad de Chile. También integró bandas de metal, bossanova y tributos a Inti-Illimani. Su paso por la fusión latinoamericana estuvo marcada además por los destacados grupos Cántaro y Trompo, a mediados de esta década. Una excelente escuela para un compositor que ya grabò su primer disco el 2006 bajo el título de Familia.

"Tengo un problema con los arreglos de música chilena", confiesa. "En lugar de crear un elemento nuevo, se fuerza mucho la mezcla. El problema es que se notan demasiado las diferencias entre Violeta Parra y el jazz al hacer ese ejercicio. Yo vengo de la música latinoamericana... por eso me arranqué (se ríe). El mundo de esa música, además de ser cerrado musicalmente, también lo es ideológicamente, en el sentido de que no acepta cambios y no pueden haber solistas ni parafernalia".

El compositor cree en el mestizaje como un proceso natural, a diferencia de Chile donde las mezclas ya están prefabricadas ("por todo el rollo de la identidad y su preservación"). Dice que aunque le guste mucho la cueca e incluso el pop en español lo perturba por su mala calidad, trató de buscar un camino propio. Y pone el ejemplo de un campesino brasileño que tocaba forró (música bailable folclorica). "Cuando él escuchó la canción 'Familia', quedó fascinado y me pedía que la pusiera de nuevo. Y eso que no tenia nada que ver con su música, de hecho yo pensaba que no le iba a gustar a nadie", dice riéndose.

La película de Marcelo Vergara

Este buen humor no sólo está presente en la conversación sino que también en canciones como "Gasté todo mi amor", donde se lleva el derrumbe sentimental hasta extremos delirantes, parodiando el "verseo" argentino, estadounidense y brasileño ("Soy como la vida de Charly", dice en un momento). Lo acompañan en la banda sus compinches Javier Barría (voz y guitarras), Andrés Landon (bajo) y Cristóbal Tobar (batería).

Pero también es destacable el trabajo gráfico, con esas portadas o delirantes afiches de recitales que parodian películas y donde aparecen los músicos mencionados anteriormente, personificando a actores de carácter.

"Esto es gracias a Esteban Chacón, diseñador y fotógrafo. Los solistas siempre tienen esa típica foto en blanco y negro y nosotros queríamos entretener. Además nos gusta mucho el cine", dice entusiasmado. La presentación de Matucana 100 sería entonces la gala de estreno y el disco la posibilidad de reproducir cuando queramos esta nueva película dirigida por Marcelo Vergara.