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Roberto Brodsky: "No puedo reconciliarme con Chile"

El escritor chileno presentó en Buenos Aires su libro "Bosque Quemado", inspirada en sus años de exilio junto a su padre.

13 de Julio de 2008 | 17:05 | ANSA
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Brodsky mira a Santiago, capital de un país con el que no ha podido reconciliarse, ni en lo literario ni en lo personal.

Juan Ernesto Jaeger, El Mercurio

BUENOS AIRES.- El escritor chileno Roberto Brodsky admitió que es incapaz de reconciliarse con su país porque persiste "la herencia cultural" del régimen de Augusto Pinochet, al presentar en Buenos Aires su última novela, "Bosque Quemado", inspirada en el exilio que atravesó junto a su padre, en la década del 70.


La novela recibió el Premio Jaen de Novela 2007 —dotado de 24 mil euros— entre 270 manuscritos que concursaron, y existen posibilidades de que en el futuro se realice una versión cinematográfica.


"Tengo una relación muy frágil con el sistema literario chileno y tampoco puedo reconciliarme con Chile, ni desde mi obra ni desde la vida", reconoció Brodsky, durante su presentación en Buenos Aires, ciudad en la que vivió parte de su exilio.


Brodsky construye "Bosque Quemado" a partir de la intensa y fiel relación de un padre, médico cardiólogo comunista, y uno de sus hijos, el único miembro de la familia que lo acompaña al exilio que transcurre entre Argentina y Venezuela.


El escritor chileno se reencontró esta semana con el Colegio Nacional de Buenos Aires, donde estudió durante dos años, cuando en 1973 llegó con su padre, huyendo del gobierno militar. Entonces se refugiaron en el barrio judío de Once, en Buenos Aires, protegidos por parientes.


Durante su visita a Buenos Aires, el escritor comparó su relación con la literatura chilena "con El Castillo de Kafka", pues "tiene algo que me atrae, pero no siento parte de ella, pese al reconocimiento que puedan merecer mis novelas" en el país.


Brodsky reconoció que "Bosque quemado" incluye "elementos documentales y autobiográficos que bordean la ficción".


La novela no es sólo un testimonio sobre el exilio, pues se enlazan historias familiares de desencuentros, divorcios, adulterios, amores clandestinos, lejanías, retornos y la lenta y dolorosa muerte de su padre a causa del Alzheimer, que convierte la mente "en un bosque quemado".


El jurado del Premio Jaen destacó de la novela que constituía "una obra de gran vigor estilístico, espléndida y madura sobre el exilio chileno", que evitaba la compasión hacia los personajes, sin desvincularse de la historia.


La diferencia estilística entre "Bosque quemado" y sus novelas precedentes es que aquellas privilegiaban la trama policial y el espionaje, en el contexto de la historia chilena de los últimos treinta años. "Bosque quemado", por el contrario, es intimista, construida desde pequeños episodios familiares y el relato casi cotidiano de la convivencia en uno de esos nuevos condominios que aparecieron en la década del 90 en toda América Latina.

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