Sea una categoría musical o el nombre del disco, "Charango progresivo" es la presentación anotada junto a los títulos de las canciones del primer álbum de este grupo. Y es un buen caso de una definición con significado real. Charanku, un conjunto chileno de fusión instrumental en torno al charango, es progresivo. Así es el modo en que, sin cambiar de compás, el aire andino inicial de "Reencuentro" se transforma en rock con batería, o el modo en que la guitarra eléctrica se infiltra hacia el final de "Otoñal", o la forma en que se suceden los clímax de batería y guitarra en "Sideral" sobre la armonía disonante del charango.
Ese charango está sobre todo en manos de Ítalo Pedrotti, compositor de la mayoría del repertorio. Pedrotti instala el timbre inconfundible del instrumento andino en otras lógicas, más propias del rock o de una tonada fusión cruzados por jazz en composiciones como "Sibanak, el ángel errante" y "Vuelo de pájaros". Y "Los cuatro jinetes" es rock progresivo con charango y con todas sus letras, conectado a los instrumentos y a la estructura de episodios propia de ese género. Es la pieza más larga, con más o menos un jinete por episodio, y en el último de ellos el que monta ya no es el charango, sino un eléctrico solo de guitarra.
Ese ejercicio jazzístico de insertar en una composición citas de otras canciones también se oye aquí, como un lazo con la Nueva Canción Chilena, cuando el bajista Felipe Conejero alude al "Manifiesto" de Víctor Jara en su melodía para "Reencuentro" o cuando los acordes de charango de "Vuelo de pájaros" traen de vuelta a una buena parte de "La pericona se ha muerto", de Violeta Parra. Y hay dos composiciones de Claudio Pájaro Araya, fundador de Huara, y de Horacio Durán, charanguista de Inti-Illimani, con las que Charanku recoge algún eco de la antología Charango - Autores chilenos, pero esta vez disparado en una nueva dirección. Dos integrantes de este grupo, el baterista Marcelo Arenas y el propio Pedrotti, han sido parte también de Entrama, un conjunto que amplió los horizontes de la fusión de raíces latinoamericanas hacia el jazz o los músicos brasileños contemporáneos, y ahora en Charanku dan en ese mismo sentido un paso más rockero.
—David Ponce