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Santiago: Lunes 15 de diciembre del 2025 | Actualizado 02:44
LOS ÁNGELES.- Una facción disidente dentro del Sindicato de Actores de Cine y Televisión lanzó una campaña para luchar por el control del poderoso gremio con los líderes a los que culpan del estancamiento de las negociaciones contractuales con los grandes estudios de Hollywood.
Un grupo de miembros del Sindicato de Actores de Cine y Televisión (SAG), que se llaman a sí mismos Unidos por la Fortaleza, presentó el miércoles una lista de 31 candidatos con la intención de lograr la mayoría en la junta directiva nacional del gremio en las elecciones previstas para el 18 de septiembre.
El surgimiento de una oposición seria a los directores del SAG, un grupo de moderados con base en Hollywood conocido como Membresía Primero, posiblemente significará que la disputa de tres semanas y media entre el sindicato y los estudios se extenderá al menos por dos meses más.
Entre los candidatos de la lista de Unidos por la Fuerza se incluyen a dos estrellas de la serie de televisión "Private Practice", derivada de "Grey's Anatomy", Kate Walsh y Amy Brenneman, al igual que Doug Savant de "Desperate Housewives" y el veterano Adam Arkin de "Chicago Hope".
Ellos acusan a los actuales líderes de manejar mal las negociaciones contractuales y de tensar las relaciones con el sindicato Federación Estadounidense de Artistas de Radio y Televisión (AFTRA, por su sigla en inglés), mediante una campaña fallida para minar un contrato que el gremio más pequeño había negociado por separado con los estudios.
El veterano actor Ned Vaughn, candidato de Unidos por la fuerza y portavoz del grupo, dijo el jueves que su lista podría obtener la mayoría en la junta con una ganancia neta de cinco o seis puestos entre los 33 que se disputarán en septiembre en la rama de Hollywood."Esperamos tener un resultado mucho mejor que eso", afirmó.
La coalición Membresía Primero, liderada por el presidente de SAG Alan Rosenberg, esposo de la actriz Marg Helgenberger de "CSI", llegó al poder en 2005 después de que prometió que lucharía con más fuerza frente a los estudios en las negociaciones de contratos.
Sus opositores dicen que la postura confrontacional de Rosenberg hacia el AFTRA tuvo repercusiones negativas y permitió que los estudios enfrentaran a los sindicatos entre sí.
