Locura y adenalina

Los que critican a Joe Satriani por su excesivo dominio técnico de las seis cuerdas, con composiciones cerebrales que casi no dejan espacio para las emociones, debieron estar la noche del miércoles 23 de julio pasado en el Teatro Caupolicán para comerse sus palabras.

El guitarrista de 52 años fue un festín de adrenalina y colorido. Con su clásico look calvo y gafas oscuras, en su tercera visita a Chile, esta vez para presentar su álbum Professor Satchafunkilus and the musterion of rock, hizo cantar, bailar y enrabiarse a sus fans que casi repletaron el recinto de calle San Diego para verlo.

Abrió la jornada a volumen completo con "I just wanna rock" y entre medio de tapping a dos manos, tap harmonics, sweep picking y volume swells fue presentando no sólo el nuevo sino que gran parte de su repertorio clásico, lo que siempre es bienvenido.

El profesor de Kirk Hammett y  Steve Vai, entre otros, se paseó por varios estilos y canciones. Al rock sin contemplaciones agregó momentos de respiro con composiciones como "Andalusia", influenciada por la guitarra española. "Made of tears", Revelation" y "Musterion" fueron otras delicias de la jornada.

Destacó también su bajista de años, Stuart Hamm, quien en un solo de cinco minutos sacó carcajadas con su look de padre inmaduro y la irreverencia de sus cuatro cuerdas.

Nada mezquino con el público chileno, uno de los más fieles que tiene en Sudamérica, Satriani volvió al escenario cuando todos temían su partida después de dos horas de show para interpretar su clásica "Summer song". El frío para volver a casa a esas alturas de la noche era lo que menos importaba.