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Metaleros chic

El trío rockero británico dejó a todos encandilados tras su debut en Chile el pasado sábado 28, y se destacó con un show lleno de energía, pirotecnia y éxitos.

29 de Julio de 2008 | 13:53 |

A pesar de que muchos de sus fans sabían que Muse no traería a Chile su máxima parafernalia, nadie podría decir que el show realizado el sábado 26 de julio en el Teatro Caupolicán de la capital fue mediocre. Pese a no ser la misma puesta en escena presentada en los países europeos, con el trío inglés el público chileno fue testigo de un concierto espectacular.


Cada día más y más bandas de rock se diluyen en imitaciones, moda y marketing. Probablemente Muse haga lo mismo, pero a ellos les sale harto bien. Tres chicos, incluso guapos, se pararon sobre el escenario en medio de un despliegue mega-producido que encandiló rápidamente a los más de cinco mil fans que agotaron las entradas para ver a la banda que mejores críticas ha recibido por sus shows en los últimos años.


Matthew Bellamy (voz, guitarra y piano), Dominic Howard (batería) y Christopher Wolstenholme (bajo) se manejan. "Cool" hasta morir, cada uno se presenta con una estética perfectamente cuidada y con instrumentos llamativos: un piano blanco elegantísimo, aunque no tan vistoso como el piano de cola negro utilizado en su último disco (H.A.A.R.P., 2008), una batería increíblemente equipada y una selección de guitarras y bajos dignos de una colección de diseño. En el concierto de Muse parece estar todo perfectamente pensado, y por supuesto, el despliegue audiovisual es el gran soporte de su show.


Supermasivo y audiovisual

Con la energía de un teatro Caupolicán completo, la protagónica propuesta visual se complementa con el sonido de Muse. ¿Rock? ¿Post punk? ¿Indie? ¿Rock progresivo? Quizás todos, quizás ninguno, pero lo que sí podemos advertir es que esta banda inglesa no es como cualquier otra, y eso puede notarse mejor cuando se ven en vivo.


Luego de tres o cuatro canciones la voz de Bellamy se hace inconfundible. Algo de Prince, algo de Thom Yorke, algo de Audioslave, pero, sí o sí, algo de Muse, un mérito que se agradece. El coro del Caupolicán se sintió en varias canciones. "Supermassive black hole", "Hysteria", "Starlight" y "Feeling good" hicieron cantar a casi todos.


Si bien al principio ya habían mostrado signos de "hey, conozco tu país" al sacar una bandera chilena, fue mientras tocaban "Feeling good" que se dio el momento más especial de "atención al cliente". Nunca es posible saber a ciencia cierta si las palabras de los artistas sobre el escenario son honestas, y al final no importa tanto. De todas formas, aunque Bellamy no hubiese contado que no sabían nada de Chile, habría sido emocionante el momento en que, sentado al piano, sacó una chupalla y se la puso. ¿A qué productor se le ocurrió? No importa, el truco sirvió para encender a la mayoría de la masa "patriótica" del Caupolicán.


"Origin of simetry" y "Map of the problematique" representaron sus primeros trabajos, la mencionada "Supermassive black hole" inició la lista de las canciones más populares por estos lados e "Invisible" sobresalió entre lo más nuevo. En concreto, un repaso bastante representativo de la carrera del trío inglés. Entre despliegue audiovisual, instrumentos "cool", trajes a la moda y el sonido rockero de las guitarras, Muse logró avanzar progresivamente desde las melodías dulces del piano hasta lo alto de un sonido de metal pesado, y transformarse definitivamente un trío de metaleros "chic".

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