BUENOS AIRES.- La antigua tienda Harrods de Buenos Aires alberga desde hoy el tradicional Festival de Tango que desde hace una década atrae no sólo a los amantes del género musical más popular del Río de la Plata, sino también a los más jóvenes y a los turistas, que se deslumbran con los giros y el inolvidable abrazo de la danza.
El programa del festival incluye conciertos de grandes figuras como Atilio Stampone y Mariano Mores, los clásico encuentros en bares y salones donde se presentan orquestas y se baila y que los rioplatenses llaman "milongas", estrenos de nuevos tangos y lanzamientos discográficos. También habrá clases y seminarios de baile, proyección de películas de género, entrevistas a grandes figuras, encuentros de coleccionistas y una gran feria temática, donde se podrán comprar todo tipo de productos relacionados con la cultura tanguera.
Un concierto del maestro Leopoldo Federico en el Teatro Avenida abrió el viernes el festival, mientras el cierre, previsto para el domingo 21 estará a cargo del artista Rubén Juárez. Ese mismo día, la bailarina Mora Godoy dará comienzo a la sexta edición del Mundial de Tango, también en Harrods, donde recibirá a las parejas del mundo.
El torneo de danza durará una semana y estará dividido en tres tramos, clasificatorio, semifinal y final. Las 400 parejas que ya se inscribieron, argentinas y extranjeras, competirán, como todos los años, en dos categorías: Tango Salón, el que se baila en las milongas, y Tango Escenario, que incluye coreografías y se plantea como espectáculo.
El 30 de agosto se realizará la Gran Final de Tango Salón con la presencia de la orquesta de Atilio Stampone junto a la cantante Adriana Varela y los bailarines Gloria y Eduardo, en el club Obras Sanitarias. En tanto, el lunes 1 de septiembre en el Luna Park se realizará la Gran Noche de cierre, durante la cual se disputará la Final de Tango Escenario y se presentará el maestro Mariano Mores, famoso compositor, pianista y director de orquesta, junto al intérprete Raúl Lavié y el bailarín Miguel Angel Zotto.
Las entradas para los espectáculos en el Teatro Avenida, el Teatro Ift, La Academia Nacional del Tango y el Centro Cultura Torcuato Tasso, lugar habitual de reunión de las viejas y de las nuevas generaciones amantes del tango, se agotaron en apenas tres días.
Sin embargo, en otros lugares como los Centros Culturales Barriales y el Salón Harrods se podrá disfrutar a diario muchas opciones gratuitas, desde clases para principiantes en las que los profesores enseñan el paso básico para bailar tango y milonga, hasta seminarios para bailarines experimentados o talleres para perfeccionar la postura y el abrazo, o para aprender los adornos y los giros que hacen de esta danza una delicia visual.
Mientras el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, encabezado por el alcalde opositor Mauricio Macri, se propone instalar en la agenda internacional el mes de agosto como el mes del tango en Argentina, lo cierto es que más allá del festival, en Buenos Aires se puede escuchar y bailar el clásico 2 x 4 cualquier día de la semana durante todo el año en infinidad de bares, salones, cafetines y restoranes distribuidos en toda la Capital Federal.
Si bien la mayor parte de la oferta se aglutina en el centro y en San Telmo, hace varios años el fervor por el tango se expandió hacia otros barrios de la periferia y hoy se lo ha vuelto a bailar en las plazas y hasta en pequeños clubes, como en las primeras décadas del siglo pasado.
Basta visitar cualquier fin de semana alguna milonga o darse una vuelta por la famosa Plaza Dorrego, en el antiguo barrio de San Telmo, para comprobar que el ritmo y la poesía del tango también lograron cautivar a los más jóvenes, a quienes se los puede ver bailando junto a quienes podrían ser sus abuelos.
La llegada de los jóvenes al tango trajo otras novedades. Cuando muchos pensaban que había pasado de moda, no solo se formaron nuevas orquestas típicas que tocan en las calles con piano incluido, sino que surgieron nuevos cantantes, más bailarines profesionales, y también frecuencias radiales y canales de cable dedicados exclusivamente al tango. Las bailarinas más jóvenes se atreven incluso a reemplazar la vestimenta típica por otras prendas más modernas, aunque casi ninguna se resiste a usar las clásicas medias negras de red y los tacones, sin los cuales es imposible hacer equilibrio y pivotear para dibujar ochos en el piso.
Aunque las autoridades de la ciudad incluyen, entre otras metas, "la recuperación y puesta en valor del patrimonio histórico del género, la incitación a los creadores emergentes, (y) el estímulo de la excelencia artística", gente de todas las generaciones y de distintos estratos sociales disfruta escuchando, bailando y ejecutando tangos.
