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Banda larga cordel

18 de Agosto de 2008 | 22:29 |

Gilberto Gil, uno de los titanes de la música popular brasileña junto con Caetano Veloso, Milton Nascimento o Maria Bethania, se prendó del reggae en 2002 con su disco Kaya n'gan daya. Pero cuando parece que Banda larga cordel es su nuevo disco de reggae, el músico tuerce el rumbo y empieza a desplegar un repertorio que tiene samba, bossa nova, soul y hasta una balada con violines, fiel al rol determinante en la apertura musical brasileña que juega desde el movimiento del Tropicalismo desarrollado a fines de los '60 junto a Caetano Veloso y otros.

Es un placer volver a escucharlo como cantante, como compositor y en especial como guitarrista, con el nuevo ritmo que imprime al samba en "Samba de Los Angeles" y con la confianza de siempre en la guitarra acústica. No quiere decir que no se aproxime a la tecnología, un tema presente ya en discos previos como Quanta (1998) o Parabolicamará (1992) a propósito de Internet o la industria de las comunicaciones. Aquí Gilberto Gil canta acerca de una máquina de ritmo, acerca de un minino internetinho o acerca de su retrato celular, una idea que además se puede hipervincular perfecto con el verso "fotografei você na minha Rolleiflex" que Tom  Jobim escribió en la bossa nova "Desafinado" hace medio siglo.

Son letras concretas, cotidianas incluso, pero al mismo tiempo hondas. "No tengo miedo a la muerte / pero sí miedo a morir", dice el autor, y se toma una canción completa para dejarlo bien explicado. Walt Whitman, Maiakovski, Tagore o Stefan Zweig se juntan en otra composición, donde el mundo gira en torno a Brasil por obra suya. Uno de los idiomas del colonialismo contra África es aquí usado por Gil en el sentido justamente contrario, para cantar en francés un elogio a la libertad de ese continente en "La renaissance africaine". Desde la ligereza de "Despedida de solteira" hasta el dilema entre mayor libertad y mayor represión que plantea en "Os pais", una canción para padres demasiado aprensivos, y desde el modo en que ha revolucionado la música hasta su reciente apoyo a la ética hacker en Internet, Gil se muestra libertario donde lo pongan. Este es el álbum conectado con su decisión de abandonar el ministerio de cultura brasileño, anunciada hace apenas dos semanas, y al mismo tiempo el disco nunca deja de ser un ensayo, una suma de columnas de opinión, una toma de postura, un manifiesto sobre asuntos contemporáneos. Otro trabajo impecable de Gilberto Gil.

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