Alberto Plaza en acción. Cerró su gira de Remedio pa'l corazón con dos conciertos a tablero vuelto en el Teatro Oriente.
El Mercurio"Parece que no ha pasado el tiempo", dice Alberto Plaza mirando al público que repleta el Teatro Oriente. Hace seis años que vive en Miami y aquí mismo fue su concierto de despedida. Ahora presenta en dos funciones, su nuevo disco Remedio pa'l corazón (2007, Feria Music).
Luego bromea sobre sus canciones. Dice que seguro han servido para "hacer el amor" y que eso le gusta. Y sigue con las alusiones eróticas, demostrando una insólita faceta de comediante. La gente -adulta, ABC1- lo celebra y aplaude. "Gracias por volver", le gritaría una señora más adelante.
Lo que vino entonces fue una acelerada actualización de sus méritos como cantautor. Interpretando clásicos como "Aventurera", "Febrero 14" o "Bandido", emergía el talentoso guitarrista que se delata en las escalas, acordes y progresiones. También, por su acertada mezcla de trova, salsa y pop que demuestra en "Ahora es Miguel" o los nuevos arreglos del clásico que lo precede: "Amiga del dolor" (donde Miguel está todavía en el vientre de su madre). También se agradece la falta de afectación de Plaza para interpretar los textos de sus canciones que junto a los arreglos y estribillos se elevan sobre el promedio de la "canción romántica latina".
El recital además le permitió presentar en sociedad su fundación Voy A Cambiar El Mundo (VACEM), que lucha contra el maltrato infantil. Noble iniciativa que se llevó más aplausos en una noche cargada de ellos. Sólo faltó uno para el momento rocker de la noche: Plaza haciendo un duelo de guitarras gemelas junto a su excelente guitarrista principal. Fueron cincuenta segundos que pasaron inadvertidos para el público que estaba tomado de la mano, pero que demostraron su nunca valorada pasión por las seis cuerdas.