Michael Bolton supo cómo enamorar a las señoritas antes y lo sabe ahora, cuando es un galán maduro de la canción americana. En Espacio Riesco jugó a ganador con un repertorio escogido que es indestructible.
El MercurioFue más bien escueto. Apenas una hora y 15 minutos para su estreno en Chile ante un espacio Riesco repleto. Cinco mil personas que vieron a la última esperanza blanca del R&B, Michael Bolton, paseándose con soltura por algunos de los más emblemáticos géneros del cancionero estadounidense. Público que recibió una cucharada de pop elegante y masivo a la vez.
Aunque los prejuicios lo tildan de intérprete de voz prodigiosa más bien empaquetado, Michael Bolton hizo lo posible por comunicarse con la audiencia más allá de los saludos protocolares. Introdujo varios temas, habló de su pasión por leyendas del R&B, de su tributo a Frank Sinatra, y su admiración por Pavarotti.
No todas sus influencias y tributos gozan de la misma suerte. Su versión de "Theme from New York New York" intentó vanamente desenmarcarse del original de Sinatra. No así con "(Sittin' on) the dock of the bay" de Otis Redding, "'Cause you don't know me" de Ray Charles, y "To love somebody" de The Bee Gees, perfectamente adaptadas a la textura de su voz.
El espectáculo, debut de El Mercurio en producción de eventos musicales, vivió su clímax cuando Bolton, el en tercer cambio de vestuario de la noche, irrumpió en medio de la platea interpretando su éxito "When a man loves a woman". La seguridad apenas pudo contener al público que arremetía cámara en mano para retratar al artista.
El remate llegó con "How am I supposed to live without you", para luego desaparecer e irrumpir nuevamente en escena punteando una guitarra eléctrica para un corte blusero. El público quedó sorprendido. Michael Bolton parecía encarnar también a un roquero. Fue el gesto final de una voz camaleónica.