LOS ANGELES.- Woody Allen logró tener un exitoso debut como director de ópera este fin de semana, creando una hilarante y memorable producción de "Gianni Schicchi", una presentación de un acto del trío "Il Trittico", de Giacomo Puccini.
El público que asistió a la noche de estreno de la Opera de Los Angeles se mantuvo aplaudiendo, esperando ver al cineasta de 72 años unirse al elenco y al director de la orquesta James Conlon despedirse frente al telón. Pero Allen se mantuvo fuera de vista, sin deseos de salir por su timidez, según informó la compañía.
Con el mundo de la música celebrando el 150 aniversario del nacimiento de Puccini en diciembre, el cineasta William Friedkin inició la noche con oscuras presentaciones de "Il Tabarro" y "Suor Angelica".
Allen inmediatamente hizo reír al público cuando comenzó "Gianni Schicchi" con una secuencia de créditos proyectada en blanco y negro sobre una pantalla de cine. Los nombres no tenían sentido, como Giuseppe Prosciutto, Aldo Melone y Vitello Tonato, entre otros.
Luego, cuando la acción comenzó, quedó en evidencia que él vio la ópera, que se ambienta en 1299, como una vieja película italiana. Los sets de Santo Loquasto, con el el Duomo de Florencia en el fondo, se presentaban en negro, blanco y gris, lo mismo que el vestuario. Lo único que variaba eran los rostros de los cantantes y unas pocas lámparas amarillas.
Más que otros directores de ópera, Woody Allen pone atención en los pequeños detalles que hacen que una interpretación despegue. El único traspié fue causado por el público, que en gran parte comenzó su ovación antes que se repitiera la línea final de "O mio babbino caro", arruinando el tono con el que se desarrollaba la presentación.