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El triunfo es ahora de Dourthé

El concertino salió de su silla de músico destacado, para subir al estrado como solista de la orquesta. Interpretó el "Concierto para violín y orquesta en Mi menor, Op. 64" de Felix Mendelssohn-Bartholdy, con gracia, técnica y belleza.

08 de Septiembre de 2008 | 14:02 |
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Alberto Dourthé, de violinista de bloque a concertino y a solista absoluto. Su participación fue destacada y alcanzó un brillante triunfo.

Héctor Yáñez

Las cuatro obras que dirigió Michal Nesterowicz durante el último concierto de la Orquesta Sinfónica de Chile sirvieron para demostrar la versatilidad del joven director polaco, que con paso seguro encamina a su conjunto por la senda de la excelencia.

En un programa donde la calidad fue la constante, creemos que la versión de las “Variaciones sobre el Coral de San Antonio” de Johannes Brahms fue la menos vibrante o tal vez lo menos logrado. Luego de la exposición del tema, con cuidadosos fraseos y contrastes, se sucedieron las variaciones en las que el director enfatizó las líneas melódicas de las que las maderas y bronces, instrumentales que tienen un rol de gran importancia. Nesterowicz logró que “cantaran” con elegancia, contrastando sus timbres con ese especie de contrapunto propuesto por las cuerdas, y alcanzando además colores e incluso estados emocionales.

No obstante lo anterior, a esta versión le faltó la sustancia de Brahms. Fue un poco distante, incluso creemos que el sonido orquestal pudo ser mejor. Esto lo decimos al comparar los logros alcanzados por Nesterowicz durante su permanencia en nuestro país.

Luego Alberto Dourthé, el concertino de la orquesta, interpretó el bellísimo “Concierto para violín y orquesta en Mi menor, Op. 64” de Felix Mendelssohn-Bartholdy. Aquí Dourthé consiguió un notable triunfo al entregar una lírica versión, destacando los contrastes calmos y poéticos con aquellos de “bravura” que exigen de la técnica que Dourthé posee.

En el logro contribuyó en forma determinante la ajustada dirección de Nesterowicz, quien cuidó los balances con la orquesta y perfiló el acompañamiento en una sólida unidad con el violinista, que con estupenda afinación y musicalidad transitó por cada uno de sus tres movimientos.

Destacaremos la magnífica y desafiante cadenza del primer movimiento, la expresividad del segundo y su manejo de las dobles cuerdas además de hermosos y sensibles pianissimos, y los diálogos entre solista y orquesta en un casi scherzo en el tercero de los movimientos de este concierto.

La orquesta transparente

La segunda parte se inició con una “gloriosa” versión de la “Sinfonía N° 39 en Mi bemol mayor, K. 543” de Wolfgang Amadeus Mozart. Aunque parezca excesivo el término, pensamos que hace años que nos escuchábamos esa transparencia en la orquesta, con una precisión estilística absoluta acompañada del mejor sonido posible, pues cada fraseo, inflexión, articulación y diálogos con estupendos balances, maravillaron a un público.

Versión fina y elegante a la vez que jubilosa y expresiva, donde cada integrante de la orquesta entregó lo mejor de su musicalidad. Mención especial para el clarinete en el trío del “Minuetto”.

Para finalizar, la orquesta en pleno nos sumergió en el mundo de Richard Wagner, con dos fragmentos orquestales del “Anillo de los Nibelungos”. Primero el “Viaje de Sigfrido por el Rin” y luego la “Música del funeral de Sigfrido”. Una vez más, y de memoria, Nesterowicz consigue de sus músicos un sonido de excelencia en su pictórica versión.

Cada familia, así como instrumentos solistas, consiguió logros de primer nivel: los chelos, el corno, el oboe y el clarinete. Luego consideramos conmovedora la interpretación de la “música fúnebre”, desde su solemne comienzo, que avanza en una progresión dramática de enorme expresividad con sonido espléndido y con un rol protagónico en el excelente timbalista. Al final, en el expresivo pianissimo con que concluye, el público demoró varios segundos en reaccionar, impactado por la versión. Vinieron entonces los merecidos e interminables aplausos para Michal Nesterowicz y los músicos de la Sinfónica.