Juan Gabriel, fenómeno musical que sigue conquistando en el escenario

CIUDAD DE MÉXICO.- El cantautor mexicano Juan Gabriel sigue siendo un fenómeno de masas en su país natal, donde se dice que cada 40 segundos, en alguna radio del territorio nacional, se escucha un tema de su autoría.

No cualquiera puede darse el lujo de ofrecer 20 conciertos en el Auditorio Nacional de Ciudad de México, con capacidad para 10.000 personas, como lo está haciendo Juan Gabriel entre septiembre y octubre. Y mucho menos cuando antes se ha tenido que sobrevivir a los cambios de moda.

A esto se suman sus constantes giras por el interior, en recintos populares conocidos en México como "palenques", locales al aire libre que suelen destinarse también como escenario de riñas de gallo, una afición extendida en el país.

La historia profesional de Juan Gabriel, de 58 años, suma casi cuatro décadas de carrera ininterrumpida desde que cantó por primera vez una canción en público. La temprana muerte de sus padres hizo que su primera infancia transcurriera en un internado para jóvenes.Compuso su primera canción, "La muerte del palomo" cuando apenas tenía 13 años. Hoy algunos de sus casi 600 temas están traducidos a varias lenguas, entre ellas el japonés, el portugués y el ruso.

Le dicen "Juanga" o "El divo de Juárez" y su arte ha permeado el gusto de todas las clases sociales mexicanas, aunque proviene de un extracto social humilde.Canciones populares "El Noa Noa", "La guirnalda", "Lo pasado, pasado" y "Tú sigues siendo el mismo", entre otras, lo revelan como un artista poseedor de una vigencia extraordinaria.

Con millones de discos vendidos y una carrera profesional que incluye más de 8.000 presentaciones en todo el mundo, Juan Gabriel, cuyo nombre real es Alberto Aguilera, es acaso uno de los cantautores que han construido sin querer la banda de sonido del México contemporáneo.

Para muchos hombres y mujeres que lo admiran resulta imposible definir qué les atrae. "Baila como los dioses, se mueve con una suavidad exquisita, todos sus movimientos en el escenario son hipnóticos", dice la actriz y dramaturga Anís Rangel.

"Prefiero verlo en los palenques, pero cuando se presenta en el Auditorio Nacional, como ahora, me conmueve la transformación que sufren los hombres durante su concierto. Llegan tiesos, desconfiados, acompañando a sus esposas o novias y luego terminan subidos a la butaca, con la corbata en la mano, enardecidos", cuenta Maricarmen Arreola.

Aunque nunca se ha declarado homosexual, musicólogos como Antonio Marquet creen que "Juan Gabriel no es sólo el cantante del amor y el desamor: es un transgresor que irrumpe en el espacio para situarse en el terreno de la femineidad, de acuerdo con los cánones occidentales de la masculinidad".

"La gente le perdona todo. Creo que además de ser un cantante prodigioso, ha sabido calar hondo en las clases populares", dice Teresa Jiménez, editora de la versión mexicana de la revista francesa  "Pschycologies".

Para el escritor Carlos Monsiváis, "sus canciones no responden a esa balada tipo español que hacen Julio Iglesias o Camilo Sesto, que es la que se propone como elemento de homogeneización. De cada diez discos de canción romántica que se venden en México, cuatro son de él".