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Música progresiva a largo plazo

Astralis es el grupo del guitarrista chileno Patricio Vera, que este sábado presenta su nuevo disco y que trabaja sin prisa. "En el 2010 voy a poder decir que mi música refleja todo lo que quiero", dice, ya con tres décadas de carrera. "Pero ése no será el punto de llegada: ése va a ser el punto de partida verdadero".

24 de Septiembre de 2008 | 18:41 |

Composiciones dedicadas a los alerces milenarios del sur o con la inspiración en diversos parajes del territorio chileno integran la geografía de Astralis, el cuarteto de música progresiva que lidera el guitarrista Patricio Vera y que este sábado presentará su segundo disco con un concierto en el Teatro Municipal de Ñuñoa. Fundador desde mediados de los '70 de los grupos Lunallena y Amapola, Vera se encomienda hoy al paisaje ya desde el título del nuevo álbum de Astralis: Voces del bosque.

-Partimos de los ritmos vernáculos, de lo que viene de la tierra, no de la mente de las personas. De lo que haya resonado en estos valles y estas montañas por siglos, y que por lo tanto sea algo que sintamos sin necesidad siquiera de escucharlo. Ése es nuestro camino -dice el guitarrista-. Tender a una expresión genuinamente chilena de música. No se trata de que todos andemos tocando cuecas, pero sí de que nos desliguemos lo más posible de las influencias, al menos de la música rock, del jazz y de la música popular contemporánea europea, norteamericana, argentina, lo que sea.

En el historial de Astralis, grupo iniciado en 1999, éste es el tercer disco. El primero, inédito, es Fantasía de invierno, con música de 1999 y 2001, y el segundo, Bienvenida al interior (2006) contiene canciones de 2001 a 2002, previas a las de Voces del bosque (2008).

-En esos discos obviamente hay muchas influencias. Jamás norteamericanas, pero sí inglesas, francesas, del progresivo. No del neoprogresivo -dice Vera, a propósito del movimiento de música progresiva que en los años '70 encarnaron grupos británicos como Genesis o Yes y la de generación actual que ha retomado esa escuela-. Pero todos los que hemos estudiado música clásica tenemos esas influencias, como los mismos Genesis o Yes.

-¿La idea es perder esas influencias también de manera progresiva?
-De manera natural. No hacer un invento, sino partir de algo espontáneo. En este disco por primera vez usamos bases de música andina, de música mal llamada folclórica que en realidad es música tradicional chilena, y de todo tipo de cruces. En términos técnicos usamos mucho el pulso ternario, que más rico y más cadencioso que el del rock, que es binario.

Patricio Vera (guitarra y voz), Mauricio Gaggero (teclados), Mauricio Arcis (bajo) y Sergio Heredia (batería) integran el cuarteto. "Y éste es un tiempo increíble, desde por la cantidad de instrumentos musicales que uno puede tener, de la India, de Afghanistán o de cualquier lugar, hasta la posibilidad de grabar lo que quieras por medio de los computadores", dice Vera. "Son herramientas tecnológicas para quien tiene algo con qué utilizarlas. Y a nosotros nos sobra".


La tormenta y la caverna

No ha sido un proceso rápido, dice el propio guitarrista. "Yo empecé en el año '70, imagínate. Y recién estoy empezando a despojarme", recuerda, con el antecedente de la música progresiva que desarrolló entre 1975 y 1980 en Lunallena y el repertorio rockero que continuó en Amapola entre 1981 y 1987.

-¿Voces del bosque es un paso más, tampoco es el definitivo?
-Claro. Yo pienso que eso va a ocurrir para el 2010, cuando hayamos grabado dos discos más después de éste. Uno que ya está compuesto y otro en el que va estar todo, desde la orquesta hasta el grupo de instrumentos andinos.

-¿El 2010? Eso va a cuadrar con el bicentenario.
-Sí, que a todo esto es coincidencia porque no tiene que ver con este seudo movimiento cultural que se está armando. Recién ahí voy a poder decir que la música sí refleja todo lo que quiero. Pero no es el punto de llegada: ése va a ser el punto de partida verdadero. Eso es lo que me tocó a mí. No me habría gustado hacerlo a los veinte, cuando estaba tocando blues, rock y componiendo temas desde Black Sabbath a Led Zeppelin, aunque fue divertido y me encantó. No habría podido cambiar a la fuerza el itinerario.

-¿Qué vinculación tienen en este disco con lo natural?
-Las motivaciones de los temas. Son canciones con una vertiente común, que es la sintonía entre la naturaleza y el ser humano. El norte, el sur, los bosques, la cordillera, haber vivido la experiencia de una tormenta en alta mar o estar metido en cavernas, dos cuadras bajo tierra, donde he escuchado cómo caminan los bichitos entre las hojas. O sea, sé cuál es el matiz más fuerte y el más pianissimo que he escuchado. Eso a mí me conmueve. No hacemos música denuncia ni contingente. Somos vehículos para la música, que es sagrada, y tiene que espontánea y libre.

"La canción es libre" es, de hecho, una de las canciones del primer disco del grupo, recuerda Vera. "Ahí está la declaración de principios de Astralis", explica. "Ahí está todo, en dos estrofas y un coro".