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Dear science

04 de Octubre de 2008 | 13:41 |
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Existen dos clases de bandas: aquéllas que, levantadas por los medios, se alzan como los estandartes de una generación, de un estilo o de un “nuevo rock”. Y otras que, alabadas también por la media, se quedan como un número artístico que al parecer es demasiado intelectual para traspasar el papel de una revista “X” o de un sitio web “Y”. Y ese mito es el que destruye TV on the Radio con su tercer largaduración, Dear science.

Un comienzo adrenalínico con "Halfway home" da el vamos a la pieza con la que el quinteto de Brooklyn se distancia de sus placas anteriores. La máquina comandada por Tunde Adebimpe y Kyp Malone suena más cercana, incluso con los samplers y sonidos electrónicos de fondo. Sin embargo es la producción nítida de este trabajo que hace la propuesta más “amigable” sin perder la veta experimental de sus entregas anteriores. Esto queda de manifiesto en "Crying", un funk electrónico en la mejor tradición de Prince y que inmediatamente invita a la pista de baile.

La música de TV on the Radio se desarrolla en diversos lenguajes musicales. Si por un lado está lo funky, con "Dancing choose" se acercan a una extraña simbiosis entre The Specials y la electrónica tipo Primal Scream, la misma que domina en la más aletargada y ciertamente teatral "Stork and owl". Es un corte que demuestra el manejo de voces entre Adebimpe y Malone, con arreglos que harían sentirse orgulloso a Brian Wilson. Pero lo maravilloso de este trabajo es la facilidad de pasar del dramatismo oscuro a lo bailable, en este caso con la irónica "Golden age" y su multicultural sonido, que mezcla marimbas, percusiones varias y hip-hop de antaño con sonidos actuales.

La teatral "Family tree" da un punto de descanso necesario para que el desenfreno y la juguera cultural y musical continúen con la notable "Red dress" y después se sienta el vacío de la mano de "Love dog", que acerca antiguas tradiciones vocales a sonidos modernos. No obstante, es el electrónico y fenomenal post-punk "Shout me out" lo que sorprenda, dejando para el final la oscura y "gabrieliana" "DLZ" y la épica y majestuosa "Lover's day". Y es que eso podría resumir el sonido de TV on the Radio: una unión descabellada entre ambiciones policulturales y sonidos del siglo veintiuno, los que funcionan de forma perfecta. Claramente, en su debut para una multinacional, el grupo si bien se alejo de su oscurantismo y abrazó más que nunca al pop como hilo conductor de sus creaciones, no perdió ni un ápice su gusto por el riesgo en la estética musical y eso es para aplaudir de pie.

—Felipe Kraljevich M.