CIUDAD DEL VATICANO.- El libro "Jesús de Nazaré" de Benedicto XVI fue presentado hoy en el Sínodo de Obispos como la contraposición al polémico volumen "El Código da Vinci", de Dan Brown, ya que mientras este último "crea confusión" el del Pontífice "ayuda a disiparla", según afirmó el cardenal Marc Ouellet.
El cardenal de Quebec, que es el relator general del Sínodo, echó mano de esos libros cuando en su "Relación general ante de las discusiones" -documento con el que se abrió esta XII Asamblea- habló del anuncio del Jesús histórico de los Evangelios.
Ouellet dijo que esa tarea ha sido puesta en peligro por la influencia de corrientes de exégesis, que han abierto una brecha entre el "Jesús de la historia" y el "Cristo de la fe", que han puesto en tela de juicio el valor histórico de los evangelios, "minando la credibilidad del texto".
Y en ese punto se "colaron" los dos libros en el Sínodo. El cardenal dijo que "Jesús de Nazaré" lleva a la figura auténtica de Jesús, que Benedicto XVI presenta "al Jesús de los Evangelios como el Jesús real, como el Jesús histórico, en el sentido propio del término".
"Ni que decir tiene que esta obra ayuda a disipar la confusión sembrada por ciertos fenómenos mediáticos y a relanzar el diálogo de la Iglesia con la cultura contemporánea", afirmó el cardenal.
En esa frase no citó al libro de Brown, pero en el texto distribuido aparecía en la misma la cita 67. En el índice de citas, esa correspondía a "D.Brown Codigo Da Vinci".
Siguien vendiendo a Cristo
Esta no es la primera vez que en el Vaticano se habla de la obra de Brown. El predicador de la Casa Pontificia, el franciscano Raniero Cantalamessa, considera el libro y la película como una estrategia para difamar a la Iglesia y acusa a sus autores de ser los judas de ahora, "ya que siguen vendiendo a Cristo no por 30 denarios, sino por miles de millones de dólares".
Cantalamessa hizo esa denuncia ante Benedicto XVI durante la predicación de la Pasión del Señor del Viernes Santo de 2006, en el Vaticano, en pleno apogeo de la película.
El franciscano dijo que se habla mucho de la traición de Judas, pero que hoy “hábiles manipuladores” venden a Cristo como hace dos mil años, pero no al Sanedrín, sino a editores y libreros por miles de millones de dólares.
Cantalamessa calificó a los autores de obras como “El Código da Vinci” de “hábiles manipuladores de antiguas leyendas” y de la literatura gnóstica y se quejó de que el problema también está en que personas que jamás se molestarían en leer un análisis serio sobre Jesús quedan fascinadas con cada nueva teoría que aparece.
