La nueva placa de los escoceses post-rock Mogwai retoma el camino trazado por su anterior registro Mr beast: una actualización y reinvención no sólo de la lectura musical del grupo, sino una revitalización de todo un género que parecía condenado al autoplagio. Eso se hace evidente en los primeros segundos de "I’m Jim Morrison, I’m Dead", corte que inicia la placa y demuestra que la expansión sonora de Mogwai no va por el ataque de frente. Más bien, son los pequeños detalles, en este caso los arreglos de cuerdas, pianos y teclados varios, los que dan pistas notorias del nuevo sonido del conjunto europeo.
Sin embargo, ahí donde el inicio es suave y generoso en momentos de calma, la ira y locura desatada en "Batcat" marca un aparte impresionante, incluso para los mismos Mogwai. Notorios sonidos del metal vistos bajo el prisma post-rock, lo que sin duda establece un antes y un después dentro de la musicalidad de la agrupación. No obstante, Mogwai insiste en alivianar su discurso, en este caso con "Daphne and the brain", una bella y gentil composición que muestra de frentón el nuevo dilema que plantea el avezado grupo: mantener su postura pero insertándole en cánones más comprensibles para el auditor.
La bellísima "Local authority" pareciera tener la respuesta entre su teclado espacial y una guitarra que sólo se utiliza como un espectro más dentro de esta verdadera "balada ambient". Pero es "The sun smells too loud", con un innegable acercamiento pop al mundo espacial y disonante de los escoceses, la que muestra el verdadero camino que los estandartes del post-rock mundial construyen en esta fase. Asimismo, la experimental y delicada "Kings meadow" parece una forma de reconciliarse con su pasado, ya visto el futuro. Por su parte, la tensa "I love you, I’m going to blow up your school", muestra la intacta maestría que los escoceses poseen para manejar los tempos dramáticos en sus temas.
"Scotland’s shame" manifiesta otro cambio evidente en las percusiones, mucho más tribales y resueltas, incluso más duras que en discos anteriores. Esto genera un especial contraste con la delicada "Thank you space expert", una etérea canción que antecede el final claustrofóbico y apocalíptico con "The precipice". Ciertamente, Mogwai encontró con The hawk is howling la vuelta de tuerca para renovarse y en su regreso a lo instrumental, los de Escocia dejan más que claro su sitial dentro del panorama del post-rock mundial como uno de los actores imprescindibles, sino el más importante y arriesgado en su propuesta.
—Felipe Kraljevich M