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Santiago: Viernes 26 de abril del 2024 | Actualizado 16:04
Más de cuatro mil personas disfrutaron con el director serbio.
Claudio VeraSANTIAGO.- Tal como nos han enseñado las barras de los estadios, de la mano de la murga uruguaya y de su adaptación argentina, el fútbol y la juerga van de la mano.
Por eso, no era nada de extraño que poco antes de las 19:00 horas el Teatro Caupolicán estuviera prácticamente repleto de personas que acudieron hasta allí para ver un concierto que empezaría recién dos horas más tarde.
La suma de factores lo explica: primero, tres pantallas gigantes transmitían el partido entre las selecciones de Chile y Ecuador; después, el serbio Emir Kusturica subía al escenario con su The No Smoking Orchestra.
La derrota de la "Roja" dejó a las más de cuatro mil personas que llegaron al recinto de calle San Diego con un natural sabor amargo, traducido en un relativo silencio, pero eso no duraría mucho. Sólo diez minutos más tarde los asistentes ya se revolvían entre la cancha al ritmo gitano y frenético de "Unza unza time".
En su tercera visita a Chile, el director de "Gato negro, gato blanco" volvió a ejecutar con éxito la fórmula que ya mostró en 2001 y 2005, consistente en inundar los teatros de algarabía y frenesí gracias a canciones de sello balcánico y rockero, y a una banda desordenada y juguetona.
Ello complementado con chicas del publico bailando arriba del escenario, al igual que sus colegas nacionales de La Mano Ajena, luego encargados de cerrar la noche con un breve after show de dos canciones, que logró mantener a la mayoría de los asistentes en su lugar.
Entre los asistentes al concierto de Emir Kusturica & The No Smoking Orchestra se vio también a Julio Milostich, protagonista de "El Señor de la Querencia". El actor disfrutó del show en las tarimas de la cancha, en compañía de su joven pareja, en una de las pocas ocasiones en que se ha dejado ver, tras su internación para someterse a un tratamiento por alcoholismo.
La última había sido en tribunales cuando concurrió a cerrar el caso de agresión al dueño del bar Uva, de Plaza Ñuñoa.
