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Estrenan polémico musical con el Papa y su hija como protagonistas

"In Nomine Patris" se estrena en Munich y promete generar rechazo en sectores católicos, con la historia de un Pontífice que es padre y un yerno científico que busca demostrar la inexistencia de Dios.

16 de Octubre de 2008 | 09:07 | EFE
BERLÍN.- El dilema moral del celibato para un hombre que es nada menos que Papa, la "falibilidad" de la Iglesia y el amor son los ingredientes de "In Nomine Patris - La confesión de los papas", el musical que hoy se estrena en Munich, y que está condenado a levantar ampollas entre los círculos católicos.

Bernd Stromberger, el compositor austríaco que convirtió en musical "El señor de los anillos" y que ha tardado cinco años en gestar este "proyecto papal", considera sin embargo que muchos católicos comulgarán con esta crítica, la de "un hombre que quiere vivir su sexualidad y no puede", explicó antes del estreno a EFE.

La historia que esta noche verá la luz en el Deutsches Theater de Munich no es tan inusual: Anastasius Christus (personaje por supuesto inventado) opta por la carrera eclesiástica y por el celibato, desconocedor de que su amor de juventud ha sido madre.

Cuando es coronado Papa, en la cúspide de su vida, descubre la existencia de su hija, convertida ya en joven mujer y novicia, que casualmente va a enamorarse de un científico, dispuesto a demostrar la inexistencia de Dios.

Y aquí se complica la cosa. Porque Anastasius, sumido en una grave crisis existencial, dividido entre sus deberes religiosos y la nostalgia del amor, coopera con otro científico en un plan macabro: el de juntar a su hija con un clon de Jesucristo -a partir de su material genético- para que dé a luz a un nuevo Hijo de Dios.

El compositor y libretista vienés de 48 años, educado dentro del Protestantismo, y que ahora se considera aconfesional, no buscaba escribir una obra "crítica contra la Iglesia", aunque confiesa que a medida que fue desarrollando el conflicto, sí se convirtió en tal.

Cinco años ha tardado Stromberger en gestar este musical de más de dos horas, en dos actos, que combina rock, pop, jazz, música litúrgica en latín, coros eclesiásticos y música gregoriana en alemán y en latín.

Como "musical dramático", al estilo de "El fantasma de la ópera", lo describe el austríaco.
La compañía que cuenta con 25 actores sobre el escenario y una orquesta de doce músicos, tiene pactadas 35 actuaciones de aquí al próximo 16 de noviembre en este teatro privado.

Entre 25 y 82 euros hay que desembolsar para ver este musical sobre la doble moral de la Iglesia como institución, el amor y otros pecados humanos, que algunos representantes eclesiásticos ya han calificado de "panfleto". Es el caso del portavoz del Arzobispado de Múnich y Freising, Winfried Röhnel, para quien "la historia no tiene nada que ver con la realidad".

Producida por Markus Müller, dedicado a comercializar musicales en Estados Unidos, Suiza y Alemania, donde gozan de enorme éxito, la obra tiene como "padrino" a Michael Kunze, gurú entre los autores de musicales en territorio germanohablante. Es el autor de "Rebecca", "Elisabeth", "El baile de los vampiros", "Drácula" y "Wicked".

Stromberger ha hecho carrera con canciones como "Ready 4 Radetzky", una canción muy popular en Austria, hasta que descubrió hace quince años su pasión por el musical, de la mano de Michael Kunze, que cultivó con otros libretistas.

El resultado fueron las composiciones de "Mozartmanía" (1992), "Traumanía" (1993), "Santa Claus" (1996), "El señor de los anillos" (Berlín, 1998) o "Mozart busca a su asesino" (2006).

Dirige "In nomine patris" Hansjörg Hack, que cuenta también con una amplia experiencia en operetas o musicales como "West Side Story" y "Godspell".

No obstante, es la drástica historia de Anastasius Christus (encarnado por el californiano Dean Welterlen, que comenzó su carrera hace 20 años como Rum Tum Tugger en "Cats") donde se esconde el potencial de esta obra, que según su autor, "se sitúa en un futuro próximo".

Anastasius finalmente reconocerá su derrota, pero "la obra encierra una esperanza, la de una nueva oportunidad de empezar desde cero, como ser humano", concluye Stromberger.