Es un niño de cinco años el que empuña una guitarra, muestra los dientes y empieza a cantar en el nuevo video de Jiminelson, y con toda la actitud propia del nombre de la canción: "El delincuente". Con guitarra y batería, piano y trompetas mariachis, esa melodía inaugura el segundo disco de este grupo rockero chileno, Amor del rey, y el niño, hijo del director del video, Alfredo Pemjean, se la aprendió solo.
-La forma en que hacemos la música se relaciona con la simplicidad, y puede suceder eso: que un niño, sin tener un vocabulario muy amplio, retenga la letra, la melodía, los ritmos -dice Gustavo León, cantante y guitarrista de Jiminelson-. Más allá de la gracia de que un niño tan chico se sepa una letra tan larga y la cante con esas ganas que se ven en el video, para mí la lectura es que alguien de esa edad puede tomar el mensaje que hay en una canción.
-¿Pero por la música? Él no va a entender versos como "No sabes mentir, no sabes robar"…
-Sí. Aunque en palabras específicas pone más enfasis. "Mentir": se imaginará que mentir no es cualquier cosa -agrega el cantante, que a sus 26 años se identifica de lleno con ese joven alter ego-. La orientación que tratamos de dar al video era (un contraste entre) yo antes y yo ahora. La sensación que tengo es que todo lo que soy ahora se vincula directamente con lo que conocí cuando era muy joven.
-¿Se trata de mantener los instintos vivos, de no educarlos mucho?
-Exacto. Ahora hay una capacidad de administrar las cosas de cierta forma, pero para mí se sigue tratando de instintos primarios que uno tiene desde que nació. Creo que a un adulto le cuesta más hacer aflorar ese tipo de sentimientos.
-¿Tocar rock es mantenerse joven?
-Es mantener un grado de rebeldía que capaz que cuando uno más lo tiene a flor de piel es cuando muy niño, porque no tiene muchos parámetros. Por eso me impresiona verlo, porque las cosas siempre terminan por suceder de la forma más natural.
Mi primer Mundial
Iniciado en 2004, Jiminelson es un grupo liderado por Gustavo León (voz y guitarra) y Andrés Chino Villarroel (batería), junto a Juan Pablo Gipsy Cabello (guitarra) y a Cristóbal Rawlins (piano), que además tocan en la banda de cumbia Combo Ginebra y en el grupo dance punk Tío Lucho respectivamente.
El disco inicial Turbo (2005), con su variante de colección Jiminelson Turbo Demo Player Special Edition Collector's Box, y el álbum Yo, Jiminelson (2006) son sus primeras grabaciones, hechas por la alineación inicial entre Gustavo León (voz y guitarra), Nicolas Cowboy (pandero y armónica) y Chino (batería). Desde 2007 el núcleo entre el cantante y el baterista permanece como fundador del grupo.
-Nunca nos planteamos tocar juntos, porque él viene del hip-hop, nos conocimos en la calle y nunca había escuchado hablar de rock -explica Gustavo León acerca de su compañero-. Son cosas que forman parte del azar. Todo lo de Jiminelson está signado por el azar y por la suerte.
-¿Por eso no ha habido plazos muy fijos con los discos?
-Sí. En el primero hay diecisiete temas porque era lo que teníamos y queríamos mostrarlo. Nos demoramos un año y medio o dos en sacar otro porque antes no tuvimos nada muy claro.
-De hecho hasta dio para que cambiara de nombre. ¿Al principio este disco no se iba a llamar Italia 90?
-Claro, por el Mundial. Porque de México 86 no me acuerdo nada, pero Italia 90 para mí fue una etapa en la que todo me parecía en su lugar. Tengo un recuerdo maravilloso de jugar fútbol en la calle y ver los partidos, me produce la sensación de los momentos concretos más claros de felicidad que uno atesora. Ahora es el nombre del sello que tenemos, cosa que es aún más fundamental.
-¿Cuántos años tenías en Italia 90?
-Ocho años.
-¿Te gustaba ver fútbol y jugarlo?
-Sí, montón. El fútbol era mi vida. Hasta hoy jugamos fútbol. Al buscar a otros músicos con el Chino considerábamos que una condición necesaria era que supieran jugar fútbol medianamente bien, y finalmente lo logramos. Gipsy es un gran futbolista.
Con la banda en la mochila
Mariachis, castañuelas, un trompetista llamado Robert Sánchez, el contrabajo de Bernardita Martínez y la voz de Álvaro España, integrantes de Guiso y Fiskales Ad Hok, son timbres invitados en Amor del rey. El disco fue producido con Simón Cox, integrante del grupo Usuales, que enriquece el conjunto con piano y banjo.
-Este disco es más elaborado que el anterior. ¿Es mejor por eso?
-No, para nada. Son cosas distintas. En Yo, Jiminelson hay una fuerza que nunca más va a estar. Cada disco es el reflejo de un momento y una etapa. Éramos más jóvenes, nos parábamos en cualquier lado con un par de enchufes y las baquetas del Chino y nuestra banda cabía en una mochila: ésa es la sensación que tenía.
-¿Cómo se dio la necesidad de agregar otros timbres?
-Me parecía un desafío. Pasó que en Valparaíso (a principios de 2007) después de un año de haber sacado el Yo, Jiminelson, tocamos una noche muy afiebrada y sentí que no daba más. Había que hacer otro disco. Siempre me aterrorizaron las bandas de rock, de dos guitarras, bajo y batería, pero era el momento de probar si nuestra banda aguantaba eso. Me parece refrescante interactuar con diferentes sonidos.
-¿De dónde salen las trompetas de "El delincuente"?
-Poco antes de grabar el disco fui a un concierto donde me encontré con unos trompetistas, y si hay un instrumento que te quiebra es la trompeta. Tener mariachis podía ser una cosa arriesgada, fuera de libreto y de contexto. En "El delincuente" quería hacer eso.
-¿Y la dupla con Álvaro España? Lo sacas del contexto punk para cantar una melodía.
-Yo creo que eso también le atrae, porque los Fiskales van con un punk infinitamente más duro. Él es un tipo que nos ofreció todo su apoyo de una forma muy sincera, y que hace lo que yo hago, pero desde hace veinte años. Cuando hice esa canción dije "Listo, ésta la canta el Álvaro", y él rayó con el tema.
-En MySpace tienes un comentario de Jorge González a raíz de esa canción.
-Sí, me sorprende. Jorge González ya lo había hecho antes, con un comentario por mail que me dejó bastante helado. Me parece notable que esté atento a ver qué pasa, y cuando Jorge González hace referencia a eso uno recién cae en que grabaste un disco con un tipo que hace veinte años medio que inventó el punk en Chile.
La industria soy yo
Los dos nuevos integrantes tienen grupos aparte, y entre ellos Juan Pablo Cabello pasa del repertorio de cumbias de Combo Ginebra al rock de Jiminelson. "A Gipsy lo conocí por otro lado, pero el otro día lo fuimos a ver (con Combo Ginebra) a La Batuta y qué orgullo que toque en Jiminelson", dice León, "él llevando una banda de quince músicos de cumbia, cantando sin guitarra ni nada".
-¿Con Tío Lucho tienen otra afinidad?
-Es el tipo de bandas que marcan un camino para las que vienen atrás, para profesionalizar lo que hacen. Tienen mucho en común con nosotros por creer firmemente en lo que hacen.
-¿A pesar de que Jiminelson siempre ha sido reacio a identificarse con otros grupos?
-Sí. Ahora mirando en retrospectiva nunca me he sentido parte de algo. Es casi una condición para la música que hacemos. No lo veo como no encajar, sino como algo natural. Pero tenemos un respeto por todos porque sabemos lo que cuesta llevar adelante una banda.
-Cuando cantabas "Yo soy la industria de tu rock and roll" en una de las canciones del disco anterior, que parece un verso provocativo, ¿a quién estaba dirigido?
-Cada vez que lo canto lo pienso de forma diferente. Pero en general es poner en claro que todo es infinitamente más simple que lo que parece, primero, y segundo que basta con hacer una canción, copiar un disco en nuestra casa, ponerlo en cajas y venderlo para que ya pasemos a ser la industria. Estábamos llevando adelante a una banda con conciertos, canciones, y ésa es la industria.
-Y ahora que Amor del rey es mucho más producido y tiene como cuatro logos atrás, ¿tiene otro significado decir eso?
-No, porque sigo siendo la industria del rock and roll. Hay muchas cosas que han cambiado, las distribuciones, los acuerdos con los sellos, las dimensiones de un montón de cosas, pero al momento de subir a un escenario todo vuelve a su lugar y está en la misma posición de siempre, y si me quedo con alguna sensación es esa. Lo otro me tiene muy sin cuidado.