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Plato único bailable

Rock para bailar, a pesar de la “onda”. La única pregunta: si todos son tan fans de lo “bailable”, ¿por qué prácticamente todo el rock nacional tiene el mismo ritmo?

22 de Octubre de 2008 | 13:47 |
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Los Klaxons demostraron ser una de las bandas pitillescas de mejor ritmo que se han escuchado en Chile.

Carlos Müller (zona.cl)

Que nos perdone la juventud sónica nacional que escribe en blogs, pero el concepto “new rave”, tal como el “punk” del año '78, ya es una parodia de sí mismo. De hecho ya en el año 2006 los genios de la New Musical Express lanzaron el concepto medio en broma a partir de bandas que recordaban a Happy Mondays o los Primal Scream más perversos.

Los pobres Klaxons cayeron en el mismo saco junto a Kasabian o The Rapture. Como si hacer bailar a la gente, fuese más importante que un buen estribillo. O usar pantalones pitillo.

Sin embargo anoche, en el Caupolicán los Klaxons demostraron por qué ganaron el Mercury Prize (y el NME). Canciones bien hechas, originales, coros que están a años luz del ritmo, modulaciones y arreglos del rock nacional. El baile, claro, fue importante. ¿Por qué las bandas insisten en hacer baterías tan simples, si las posibilidades rítmicas son más grandes, como lo han demostrado todos, comenzando por los Franz Ferdinand?

La banda formada por Jamie Reynolds (voz, bajo), James Righton (voz, sintetizadores), Simon Taylor-Davis (guitarra) y Steffan Halperin batería), sudó la gota gorda sobre el escenario. De hecho repasaron prácticamente completo su explosivo debut y único álbum, de 2007, Myths of the near future. Temas como "Not over yet" y "Atlantic to interzone" sonaron perfecto.

Con un correcto español, un sonido que a veces se saturaba y canciones imbatibles como “Magick” y “Golden Skans”, The Klaxons dieron una de las buenas presentaciones del año. Una de esas donde todo el mundo dirá después que estuvo ahí. Si los Klaxons siguen sacando buenos discos, obviamente.