Stephen Hegedus fue 'Fígaro' en la función de la ópera estelar en el Municipal.
Sitio oficialYa es habitual que en esta serie de la Temporada de Ópera, no sólo participen cantantes nacionales. A ella se ha agregado una importante cantidad de extranjeros, que revitalizan la experiencia de algunos cantantes que ha veces están dando sus primeros pasos en la ópera. Así ocurrió también en esta oportunidad.
Un aspecto a considerar y como digno de reflexión para las autoridades del teatro, es el hecho que este elenco de “Las bodas de Fígaro” de Wolfgang Amadeus Mozart tenga una cantidad muy escasa de ensayos con orquesta, que se traduce en un cierto empaquetamiento en la actuación durante las primeras funciones. El máximo rendimiento se alcanza entonces casi al final de la serie. En el aspecto vocal esto no ocurre, debido a la acuciosa preparación previa de cada uno de ellos en los ensayos internos.
En segundo director también sufre por la falta de ensayos y debe hacer uso de todos sus recursos para concertar la nada fácil partitura. Los aspectos relevantes de esta producción los detallamos en el comentario de la versión internacional, por lo que no ahondaremos en ellos. Sólo diremos que la estupenda régie de Michael Hampe fue exactamente igual al otro elenco y que logró el mismo exitoso efecto.
Otro aspecto de la mayor relevancia se refiere a la calidad de los cantantes chilenos que participan en los roles comprimarios, quienes en cada oportunidad demuestran el más absoluto profesionalismo, sin desmerecer en nada frente a sus contrapartes extranjeras.
La versión del martes 4 de noviembre, luego de un inicio un tanto formal, fue ganando en fuerza y gracia, finalizando con cada uno de los participantes totalmente imbuidos de su papel y consiguiendo las más justas ovaciones al final de la presentación.
Marian Pop, el barítono rumano, encarnó al “Conde de Almaviva” con la prestancia necesaria, pero creemos que este rol no es el más adecuado para su voz pues sus notas graves no son lo suficientemente poderosas. Sus mejores momentos fueron en las arias “Crudel, perché finora” y “Vedro mentr´io sospiro”. La vasta experiencia de Marcela de Loa Holzapfel, la soprano chilena residente en Alemania, le hizo vivir el papel de la “Condesa”, yendo desde la melancolía hasta la gracia al participar de la trampa a su marido. Su buena primera intervención en el aria “Porgi amor” culminó emocionando al público. En la segunda, “Dove sono i bei momento”, se podría decir que no cantó como una Condesa, sino como una Reina.
Stephen Hegedus, el barítono canadiense, fue “Fígaro”. Un poco rígido al comienzo, logró entrar con gracia en el juego de los embrollos. Destacaremos sus arias “Non piú andrai” y su histriónico “Aprite un po´quegli occhi”. Muy simpática y chispeante fue la chilena Claudia Pereira como “Susana”, quien cantó con plena seguridad y gracia a lo largo de toda la obra. “Cherubino”, cantado por la argentina Graciela Oddone, dio todo el perfil necesario para el difícil rol travestido. Estupendo fue su “Voi che sapete”.
Muy divertido y vocalmente en gran forma estuvo Pablo Ortiz como “Don Basilio”, Carolina Ortiz y Sergio Gómez muy bien en lo vocal, jugando con gracia a los intrigantes “Don Bartolo” y “Marcellina”. Un éxito fue la escena donde reconocen a Fígaro como su hijo. Carlos Guzmán cantó con gran histrionismo el papel de “Antonio”, el jardinero, mientras que Madelene Vásquez y Alexis Sánchez fueron unos ajustados y graciosos “Barbarina” y “Don Curzio”. Ya comentamos la solvencia de Isabel Garay y Viviana Mazuela como las dos jóvenes.
La dirección estuvo a cargo de José Luis Domínguez, un tanto flojo en sus pulsos al comienzo, pero asumió toda la gracia que requiere la partitura. Con gesto claro condujo la actuación de todos los cantantes. La orquesta tuvo solo un correcto desempeño. El Coro del Teatro Municipal (dirigido por Jorge Klastornick), como siempre dando muestras de su extraordinario profesionalismo. Una función que hizo gozar ampliamente al público, tanto por su originalísima trama, como por la belleza de la producción y la calidad del elenco.