Ahora que proliferan las "bandas de tributo" dedicadas a emular con la mayor fidelidad posible a un determinado grupo famoso de rock, cierto dúo chileno presenta un disco en el que cantar canciones de otros autores es un ejercicio distinto. Es Perrosky, la dupla de hermanos entre Alejandro Perrosky Gómez (voz, guitarra y armónica) y Álvaro Gómez (batería), que lanza este viernes Doblando al español, con un recorrido musical que va desde Atahualpa Yupanqui hasta el rock chileno de más nueva generación.
Es la cuarta grabación de este grupo, que se inició en la cassette Añejo (2001) con Alejandro Gómez como solista, y continuó a dúo con el EP de cuatro canciones Otra vez (2003) y el disco de larga duración El ritmo y la calle (2006). Y no es primera vez que acuden a las canciones de otros. En su EP grabaron "Run run", de Velvet Underground, y en la primera cassette figura una canción del legendario músico de blues Robert Johnson. "Esas canciones tenían otro sonido", explica Alejandro Gómez. "Decidimos dejarlas ahí por una cosa de concepto".
-¿Desde el comienzo fue importante tocar covers, qué importancia tienen para ustedes?
-Es un ejercicio súper bueno, analizar las canciones nos mantiene más despiertos como músicos. Porque a uno le gustan, pero ya tocarlas es diferente, ves otros aspectos de la canción y también está el ejercicio de traducir las letras. Nos ha servido harto para complementarnos.
-¿Es tan difícil como hacer una canción propia, o más?
-Es casi lo mismo. Al final estás armando una canción, mirándola con tu punto de vista.
-¿La idea es armar una canción nueva a partir de la original?
-Siempre. Si tuviéramos un formato más tradicional, tipo Buddy Holly (cantante de rock and roll estadounidense de los años '50), quizás nos hubiéramos dado menos vueltas. Pero siempre tenemos que adecuarlas a nuestro formato de dúo.
De todos modos, tal como en El ritmo y la calle, Perrosky suma en Doblando al español nuevos sonidos, entre bajos, guitarras extra y pianos, y en vivo se presentarán con músicos invitados: Luciano Mariño (guitarra), Álvaro Castillo (saxo), Gonzalo Planet (bajo) y Marcela Velásquez (coros).
-Este disco es un tributo a las bandas que nos gustan, como los Rolling Stones, los Velvet Underground o Hielo Negro, y hay artistas de los que nos gustan canciones, como Eddie Cochran y Ricardito. Y quizás podamos dar a conocer algunas de las canciones a la gente. Lo mejor es darlas a conocer en español, para que se entienda, y tal vez crezca el interés en conocer a los originales.
-¿Siempre están traducidas las letras?
-Casi siempre. Trato de cuidar harto la parte fonética de las traducciones, y lo difícil es mantener el significado. La canción de Eddie Cochran, "Come on everybody", la tradujimos como "Que todos se paren", algo que más o menos se asemeja. "Vamos todos juntos" no tendría mucho sentido. Aunque es textual el significado, hay veces en que no funciona mucho el idioma. Me imagino que es lo que tienen que hacer los traductores de poesía; más que traducir, mantener el sentido de la poesía.
Las canciones y de dónde vienen
A lo largo de diecisiete melodías elegidas, Perrosky arma un recorrido personal de más de cinco décadas de canciones populares. Éstos son los originales, comentados por Alejandro Gómez.
"La pura verdad", de Atahualpa Yupanqui, máximo referente de la raíz folclórica argentina y sudamericana. "Es una canción que me llegó harto, cuando escuché un disco que se llama Testimonio. Es una baguala. Él canta en esa canción el significado de la baguala, pero no me sentí digno de cantar esa parte, así que dejé otro de los versos: Lo que entra en la cabeza, de la cabeza de va, lo que entra al corazón, se queda y no se va más".
"Sólo quiero", versión de "I just want to make love to you" (1954), de Willie Dixon, músico de blues estadounidense. "La había escuchado muchas veces, a (los bluseros) Muddy Waters, John Lee Hooker, a los (Rolling) Stones. La versión en que nos basamos es la de Juanse (el cantante de la banda rockera argentina Ratones Paranoicos)".
"Give my love to Rose" (1957), de Johnny Cash, fundamental cantante y autor de música country en EE.UU. La canción figura además en su disco American IV: The man comes around (2002). "La conocí por las grabaciones que hizo Johnny Cash con (el productor) Rick Rubin, y me gustó mucho la letra. Un tipo se encuentra a otra persona que está muriendo, y esa persona le dice que lleve su amor a Rose".
"Lucille" (1957), de Little Richard, también conocido como Ricardito: unos de los primeros abanderados del rock and roll de los años '50. "Gran canción. Hay canciones que uno siempre ha tenido en la cabeza y no les presta atención, porque son parte del soundtrack de tu vida, pero basta escucharlas nuevamente para que te detonen".
"Tequila" (1958), el impacto mundial del grupo estadounidense The Champs. "Fue bien fortuita, salió en base a una improvisación, pero con un toque más sicodélico".
"C'mon everybody" (1959), éxito absoluto de Eddie Cochran, otro pionero del rock and roll de los '50. "Eddie Cochran tiene canciones muy famosas, como 'Summertime blues', que la conocí por The Who. Después, para saber más de la onda de rock and roll y rockabilly, me compré un compilado de Eddie Cochran con Gene Vincent y estaba esta canción. Es la que más nos cuesta".
"Bring it on home to me" (1961), de Sam Cooke, esencial cantante soul estadounidense de los años '60. La canción fue grabada además por el grupo rockero inglés The Animals en 1965. "Nos basamos en la versión que hacen los Animals, que fue la primera que escuché. La nuestra se asemeja mucho más a ésa".
"Fenomenal" (1962), de Danny Chilean, adelantado cantante chileno del movimiento de la Nueva Ola (ver recuadro). "La hemos tocado hace tiempo, y creo que Danny Chilean hizo una adaptación del tema original, que es de otro autor. De hecho cuando fuimos a Brasil este año allá la conocían por una versión en portugués".
"La Quinta Normal", versión libre de "Palisades Park" (1962), del cantante Freddy Cannon. "El autor (Chuck Barris) es un personaje tipo Don Francisco, que inventó los programas de encuentros de parejas en la tele, y en la película Confesiones de una mente peligrosa (1984) se dice que era agente de la CIA. Nos basamos mucho más en la versión de los Ramones que en la original. Creo que Palisades Park es un parque en Nueva York, y me imaginé la Quinta Normal. Cuando chico iba harto a visitarla con mi viejo y mis hermanos, a los museos, a pasar la tarde, el fin de semana".
"Tell me", del primer LP de los Rolling Stones (1964). "Es de la época en que estaban con Brian Jones (guitarrista fundador del grupo, muerto en 1969), al comienzo. Me gusta esa época, es más desordenada. En la película de Scorsese Calles peligrosas hay una parte en que aparece Harvey Keitel y suena esta canción".
"Beginning to see the light" (1969), de Velvet Underground, influyente grupo de rock neoyorquino de fines de los '60, y "I can't stand it" (1972), de Lou Reed, el cantante de ese grupo. "La sacamos para un tributo que se hizo a Velvet Underground en (el club santiaguino) Mist. Tocamos 'Heroin' y 'Venus in furs', pero éstas son las que más nos gustaban".
"Felicidad, felicidad" (1970), del popular grupo uruguayo Los Iracundos. "Mi viejo siempre me dijo que escuchara a Los Iracundos, y en realidad nunca lo pesqué mucho, pero por casualidad encontré un compilado a luca y me gustó harto. Lo dejé de escuchar, hasta que un día fui a comprar al almacén y el tipo tenía puesta 'Felicidad'".
"Jackson" (1968), grabada por Johnny Cash, y "Ball and chain" (1990), del grupo de punk rock estadounidense Social Distortion. "No sé si son canciones tan hermanas, pero tienen que ver, por la letra y más que nada por los acordes".
"Cóndor" y "Demonio parlante" (2001), del trío de rock pesado Hielo Negro, formado en Punta Arenas en 1997. "Es una banda que siempre hemos admirado, desde que partimos tocando casi juntos. Ésta es una versión más desértica".
"No miro nada más" (2007), de Philipina Bitch, dúo iniciado en Concepción en 2006. "Escuché el disco de ellos y esa canción me emocionó harto. Después actuamos juntos con unos folcloristas en Valdivia y la tocamos ahí".
Bonus: la canción del videojuego ochentero Rally X. "Salió de un verano de flipper, jugando puro Rally X. Es una canción que uno no escucha, porque está jugando, pero se queda la melodía pegada y es muy buena. En regiones todavía quedan flippers antiguos. Ésa fue en Lican Ray".