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Las otras Teletones de los "Don Franciscos NN"

Estos son historias de personas que están convencidas que el cambio empieza por uno. Que si uno no se mueve por ayudar a los demás, nadie más lo hará.

29 de Noviembre de 2008 | 14:11 | Álvaro Farías R, El Mercurio Online
SANTIAGO.- Navidad para los niños: Juan Ignacio Varas odiaba la navidad. Siempre estaba de mal humor y no tiene ningún buen recuerdo de al menos 15 navidades. Cuando tenía seis años, su padre estuvo agonizando desde Navidad y falleció a los pocos días del año nuevo.

“¿Qué iba a pedir para la navidad?, ¿un papá nuevo?”, recuerda Ignacio. Fue un trauma que sólo superó cuando se casó y creo una nueva familia con su esposa. Ahí no comprendió cómo pudo perderse la alegría de la Navidad por tantos años y decidió que haría todo lo posible para que a ningún niño le falte un juguete de regalo cada 25 de diciembre. Y desde hace 10 años que, paralelamente a su trabajo como publicista, encabeza “Padre Nuestro”, una pequeña fundación dedicada a dar navidades a niños de escasos recursos.

Para lograr conseguir los juguetes, Juan Ignacio hace verdaderas maratones de contactos, oraciones, boca a boca y gestión con empresas. Así, para las próximas semanas ya tiene pedidos de al menos cinco mil juguetes.

A él llegan por diferentes métodos, pero la respuesta es casi siempre la misma: “sí”. “Y nos entregamos, trabajamos, pero los juguetes siempre llegan, es milagroso”, asegura Francisco. La idea ha funcionado tan bien, que incluso para este año, los interesados podrán depositar sus juguetes en todas las sucursales de Corp Banca, que habilitó una fila especial para hacer el “depósito de juguetes”.

A lo largos de los años, incluso han aplicado la idea en Perú, para el terremoto de Pisco, del 2007, su hija que está egresando de derecho ….  Se propuso juntar juguetes e ir a entregarles una navidad a los niños que habían quedado sin casa en el vecino país. Y lo logro, llenó un container con ciento de juguetes, lo subió a un camión y se fueron a entregar los juguetes al Perú.

“¿Para la navidades qué puedo pedir yo?, nada, si soy feliz, toda mi familia trabaja para entregar navidades, mi hija chica en el colegio ya está pensando en darle navidades a niños de su misma edad pero de peor situación”, cuenta un emocionado Varas. Para él la idea es hacer regalos dignos, tratan que la mayoría de los juguetes sean nuevos, pero no gigantes ni caros.

“No podemos seguir criando a niños que cuando yo no pueda pagar un juguete de 40 mil pesos, él se frustre”.

Y no sólo juguetes, hay supermercados y empresas de alimentos, que se ponen con la comida, para hacer la fiesta completa, en donde todos, incluso los donadores, están invitados. “Esa es nuestra diferencia, la persona que nos regala un juguete, si quiere puede venir y ayudarnos en la entrega, o sea, es el real sentido de desprenderse de algo”, finaliza Varas.

Pobreza de corbata

En Vitacura también hay pobres. Pocos y ocultos en las calles más pequeñas de los sectores más antiguos. Pero tan enterrados y olvidados como los de cualquier población marginal del resto del país. Es lo que se llama “la pobreza de cuello y corbata”, aunque de los tiempos de camisas limpias ya no queda nada.

Son generaciones de familias que han caído en la desgracia económica y lo único que les queda, es una casa y que para mala suerte de ellos, queda en Vitacura, lo que no les permite acceder a los beneficios de la ficha de protección social (CAS), por lo tanto ni siquiera el municipio les puede dar ayuda directa.

Es alrededor del 3% de la comuna y Francisco Keterer (47), cual Don Francisco, va a la ayuda de ellos. ¿Por qué?, porque sabe cómo es, porque lo vivió. Cuando pequeño, su familia era parte de la clase alta viñamarina. Su padre era un exitoso empresario, él con sus hermanos estudiaban en el Colegio McKay, pero la crisis del 1983 llevo a su padre a la quiebra total y tuvieron que emigrar a San Bernardo, a la casa de una tía, compraron una media agua y la instalaron en el patio. 

Tuvo que pasar a irse caminado al colegio, que ya no era colegio, si no que liceo de hombres con letra y número. Por lo mismo sabe de la frustración y depresión  de las familias que caen. “Tu te frustras mucho más cuando ya sabes lo que podrías estar teniendo y piensas en cómo tus amigos lejanos deben estar viviendo ahora, es muy dura, las familias se entierran”, reflexiona Keterer, quien tampoco pudo terminar la universidad por ayudar en el trabajo a su papá, pero ahora tiene una empresa llamada VML y asesora en marketing a grandes compañías.

“Cuando tu naciste inmerso en la pobreza, salir de la pobreza es un logro, se puede salir, pero es más difícil y mal visto caer en la probreza, los círculos sociales castigan mucho”, asegura Keterer.

La ayuda se da en torno al trabajo social en la parroquia Los Castaños y para concretarla organizan verdaderas teletones, pero en versión Bingo. En el lugar, con diversas donaciones consiguen las sillas, las mesas, la comida, los premios y los animadores, que por lo general son del mundo de la farándula local. También se proyectan en pantallas grandes, videos y entrevistas a los afectados por esta situación de pobreza ABC1. Hay emoción, y se incentiva a que todos ayuden. Se muestra su realidad en versión gigante, entrevistados por el propio Keteret.

“No solo los ayudamos con dinero, si no que les damos cobertura familiar, al caer en desgracia, muchas familias se separan y es habitual que los hijos comiencen a consumir drogas, se les trata de apoyar en todo”, cuenta Francisco, quien en todo momento es acompañado por su esposa, Alejandra Reidel Conrads. En Internet: www.fundacionpadrenuestro.org

Niños al cerro

Marco Espinoza nunca se ha ido de vacaciones usando un hotel, siempre lo ha hecho con mochila y una carpa. Con su polola, luego con su esposa y ahora lo hace con su hijo.  Asegura que ama la naturaleza y en ella vio su forma de ayudar creando “Altas Cumbres”. Es una organización sin fines de lucro que a través de intervenciones en colegios de bajos recursos busca integrar los valores que entrega la vida de montaña y naturaleza en niños en situaciones de alta vulnerabilidad y riesgo social.

“El mensaje se centra en hacer la diferencia y que sólo hay que atreverse a ayudar, entregar herramientas y esperanzas no sólo es responsabilidad de políticos, religiosos o empresarios, sino que es responsabilidad de cada uno de nosotros”, cuenta Marco Espinoza.

A través de diferentes métodos de intervención en el proceso de aprendizaje, utilizando la montaña como una gran analogía, busca que los niños adopten valores como la honestidad, el respeto, la alegría y el logro a través del esfuerzo entre otros.

Espinoza trabaja en el área de marketing de Agrosuper y es en la fundación educacional para niños de escaso recursos de dicha empresa que comenzó “Altas Cumbres”, ahí la creó y aplicó hace dos años. Una vez que vio cómo los niños alucinan con las historias de montaña de los charlistas, decidió llevar el proyecto a colegios aún más pobres de la periferia de Santiago, como el “Pablo Neruda” de Quilicura. Al lugar, van expertos en la materia, para contarles sus aventuras y dificultades a las que se enfrentan en un cerro.

“Hay que enseñarles a los niños a afrontar la dureza de su vida diaria, con la esperanza que auto generen un cambio a su situación de pobreza desde su integridad como personas”, cuenta Espinoza.

Conseguirse a los montañistas, la comida, la seguridad y los medios de transporte para llegar al cerro es la Teletón de Altas Cumbres. “La idea es que en algún grado detrás de cada decisión que deban tomar los niños ya sea en acción o postura frente a la vida que los acompaña, estén presentes los más altos valores, fortaleciendo el espíritu, potenciándolos como líderes positivos”, cuenta Espinoza. En  Internet: www.altascumbres.org
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