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5to piso

El rey de la metáfora romántica vuelve por lo suyo: mucha letra en poco espacio. Pero ahora no necesariamente se le puede comprar su poesía Por ejemplo "Ojos de luna, pelo de yegua, su piel es de cera", de la canción "la bailarina vecina", no es la mejor forma de alagar a una dama.

06 de Diciembre de 2008 | 16:26 |
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Una mezcla de aciertos, desaciertos, clichés y fórmulas que comienzan a agotarse de tanto uso es lo que trae el último disco del cantautor guatemalteco Ricardo Arjona, 5to piso, donde una vez más hay temas cargados de prosa y analogías intrincadas. La partida definitivamente es desafortunada: “5to piso”, que da nombre al disco y que aparece encabezando sus catorce temas, no sólo es pesimista en su letra sino también en el acompañamiento musical. Excesivamente lento y sin matices contribuye a que la canción se haga eterna y sea absolutamente prescindible. Recién en el cuarto tema, “Cómo duele” —el primer sencillo del disco— se compone en algo esta situación. Éste es además uno de los pocos temas “coreables” de 5to piso. La gran mayoría no son aptos para el karaoke masivo de un concierto.

Dos incursiones “novedosas” son rescatables: “Que nadie vea”, donde Arjona relata la experiencia de un homosexual que no debe delatarse ante su entorno, y “Ni tú ni yo”, donde se atreve con una ranchera, junto a Paquita la del Barrio. En “Tocando fondo” se agradece un poco de simplicidad y romanticismo, entre tanta palabrería que siempre trae Arjona. Sigue “La bailarina vecina”, donde el comienzo a capella calza con el acompañamiento de música clásica y el desarrollo de la historia. Sólo un detalle poco diplomático: “Ojos de luna, pelo de yegua, su piel es de cera”, no es la mejor forma de alagar a una dama.

“Vuelo” también tiene el mérito se ser romántica y simple, salvo, la inclusión —me atrevería a decir por primera vez en un tema musical— del término “pretérito pluscuamperfecto”. El drama de un hombre cuya tirana pareja se instaló en su casa y no se quiere ir es tratado de manera muy graciosa y bien musicalizada en “El demonio en casa”, que incluye hasta pasajes de ópera. Todo termina con “Niña buena”, otra de las canciones del disco que califican para un show en vivo. Sin ser la mejor obra de Ricardo Arjona, 5to piso es —salvo excepciones que definitivamente hay que saltarse— una conjunto de historias contadas de manera intrincada, como el artista guatemalteco nos tiene acostumbrados. 

—Ximena Pérez Gallegos

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