Después de aparecer en 1999 como un eslabón entre el rock chileno del verdad alternativo de los años '90 y los nuevos grupos de comienzos de la década, Familia Miranda grabó tres discos entre 2001 y 2006, en el camino cambió su nombre a Familea Miranda (se pronuncia "Famílea Miranda") y sus músicos se establecieron en 2006 en lugares como Buenos Aires y Barcelona. Desde esa última ciudad el trío ahora sube a Internet para su descarga libre un cuarto disco, y es un registro que faltaba en su historia porque es el primero grabado en su medio natural, en vivo.
De estas catorce canciones, ocho pertenecen al disco previo, Ensayo ≠ error (2006), cuatro son de Ferguson (2003), una fue grabada en el EP Palomita (2004) y con "Soy la oscuridad" se remontan a su temprano CD Familia Miranda (2001). Pero más allá de esos datos, Familea Miranda siempre está tocando en tiempo presente, y salvo un sonido enigmático que se oye en "Paraguay" todo lo que suena es guitarra eléctrica, bajo eléctrico y batería, además de la voz ocasional del bajista Rodrigo Gomberoff, más áspera que en los discos originales. Y aunque esté grabado en vivo, como lo prueban los respetuosos aplausos, es rock tocado fuerte y con precisión.
Esta es la primera ocasión de escuchar además a José Jünnemann, el hombre que en 2007 sucedió a los bateristas José Miguel Trujillo y Rodrigo Laiseca en la historia del grupo. Y él es la mejor y más natural opción. Antes de trasladarse también a Barcelona, donde además toca con el alias de Zigarettenpause, Jünnemann fue baterista de Mota, uno de los grupos que por época y afinidad coincideron a comienzos de la década con Familia Miranda y otros músicos de rock instrumental como Gnosis, Mostro o Griz. El baterista innova en detalles como el ritmo de malambo personal de "Zalapel" y al mismo tiempo tiene las herramientas para acoplarse bien al sonido minucioso y poderoso de la Familia. Una vieja casa de Barcelona arde en llamas en la portada de este disco, tal como pasó en la vieja casa Usher de Nuñoa, o en una casona de Agustinas a una cuadra de Plaza Brasil, o en otra casa vieja de calle Cumming o en todas las casas viejas en las que tocó Familia Miranda antes de partir de Chilee: en Calle Botella o en cualquier calle de Santiago el efecto sigue siendo es el mismo.