Registrando su actuación en la ciudad de Barakados, España, los ibéricos Mägo de Oz presentan un trabajo clínicamente completo, que si bien se concentra en su trabajo desde Gaia II (2005), no deja en manos del azar el gusto por regalarle a los fans de esta agrupación un sonido que acá en Chile, es alabado por varios. Imitando hasta la saciedad el estilo ya impuesto por Iron Maiden y agregándole líricas relacionadas con espíritus de la tierra, inframundos y secciones de orquestación sinfónica acompañadas de sonoridades mediterráneas, celtas y la voz femenina de Patricia Tapia, los metaleros españoles dejan más que claro sus credenciales, las que ciertamente en nuestro país ven a un gran número de jóvenes como fieles seguidores. Esa sonoridad es la que conquista, atrapa al auditor y la que se deja llevar con tedioso beat acelerado y galopante del tema que inicia esta placa, “La voz dormida”. Un comienzo que al más fanático enganchará ipso facto, al igual que los que asistieron al concierto que se registra en este trabajo.
El fiato del conjunto español es decidor. Con un despliegue escénico digno de la pirotecnia musical del estilo, Mägo de Oz se conduce sabiamente en este campo, entregando precisamente los que sus fanáticos esperan como en la coreada “El poema de la lluvia triste”, que mezcla sonidos sinfónicos con un estribillo a la usanza del heavy metal de la vieja escuela. También está “Aquelarre”, otra canción que ofrece esos intermedios y vaivenes entre la tradición musical mediterránea y el sonido del metal. Y además consideramos el asunto de las líricas, las que francamente son sólo asequibles para aquellos que gusten mucho de la banda, ya que Txus, el compositor y artífice detrás del imaginario del conjunto heavy metal, utiliza los máximos clichés posibles en torno a la figura de Lucifer y lo pagano, colocándolo en el centro de las historias de los ibéricos.
En definitiva, Barakaldo-D.F. es sólo un disco que complacerá a los más fanáticos de la agrupación española. Incluso el bonus track, “Puedes contar conmigo”, no hace más que ratificar lo anterior a pesar de los sonidos de producción que intentan ocultar lo contrario. Lo cierto es que Mägo de Oz brinda un excelente regalo a sus fans más acérrimos, pues para aquéllos que sólo conozcan un par de temas, este disco definitivamente es una escucha complementaria para descubrir el mundo sonoro de los ibéricos.
—Felipe Kraljevich M