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Lo que cuenta el viento

El Raco ha sido por tiempos inmemoriales el viento que baja cada invierno desde la precordillera por el Cajón del Maipo, pero desde este año es también el nombre del nuevo disco de este grupo de rock progresivo. En Raco, Crisálida sopla con nuevos aires.

15 de Diciembre de 2008 | 20:40 |

Empezaron permeables a la influencia del rock y de la música progresiva al formar el grupo hace once años, pero la respuesta definitiva para Crisálida estaba más cerca y literalmente soplando en el viento. Soplando en el Raco, para ser exactos: en la corriente de aire característica del Cajón del Maipo, paraje situado en la precordillera de la región metropolitana. Así se llama el tercer disco que acaba de lanzar este grupo de rock progresivo chileno. Raco, como el chiflón sobre el río Maipo.

-Exactamente -corrobora la cantante Cinthia Santibáñez-. El nombre está basado en el viento.

-¿Viven ahí, en el Cajón del Maipo o cerca?
-Vivimos como hace cuatro años en Puente Alto. Estamos justo en la precordillera, en los faldeos, y es impresionante. El Raco llega aquí con todo. Es un viento único en Chile, y casi nadie lo conoce. De hecho nos escribieron de la Municipalidad y están felices de que hayamos encontrado el concepto del Raco. Y les dijimos "viejo, es justo por eso que lo buscamos".

-¿Exactamente es un viento que baja de la cordillera por el Cajón?
-Sí, y es un viento caliente de hasta veinte grados, que se da sólo en invierno. En invierno puedes estar con un grado bajo cero, llega el Raco, tiene veinte grados y puedes secar la ropa, te da un calor tremendo. Y está todo el significado que trae consigo. De hecho se le conoce como el respiro de la tierra.

Crisálida está integrado por Cinthia Santibáñez (voz) junto a Cristian Carrillo (guitarra), Felipe Troncoso (teclados), Rodrigo Castro (bajo) y Rodrigo Sánchez (batería), el hombre que inició el grupo tras integrar la banda metalera Total Mosh en los años '90. Sus tres discos son Contacto (1998), Crisálida (2006) y Raco (2008), que contiene siete composiciones, tituladas "Déficit global", "Indigo", "Mi libertad", "Corporatocracia", "Desterra", "Raco" y "Viento del sur".

-¿Cuál es ese significado que trae el viento?
-Tiene que ver con el respiro, el aliento, la tierra que viene a darnos la bofetada, a decirnos "Viejito, no están solos" -explica la cantante-. El Raco mantiene al Cajón del Maipo libre de contaminación, la elimina y la devuelve a Santiago muchas veces. Y la idea fue calzando con el disco, que es tremendamente conceptual. Este disco también es la bofetada que te dice "Viejo, para un rato, respira, detente, porque está quedando la crema en el mundo".

-¿No sólo tiene que ver con el medio ambiente?
-Va más allá. Tiene que ver con el ambiente, el maltrato a los niños, la ignorancia, el estrés masivo, el dinero que tiene todas las guerras compradas, el déficit atencional que sufren los niños, que los mantienen empastillados. Es un llamado a elegir el nuevo camino.


Para lo otro está Myriam


No es primera vez que Crisálida aborda asuntos de ese tipo, explica la cantante antes de pasar revista a los discos previos del grupo.

-En Contacto el tema tiene que ver con los ovnis, con la ufología y la película Contacto (protagonizada por Jodie Foster). Y Crisálida (el disco) es relativamente conceptual: los tres últimos temas se refieren a la mutación de una persona, es un poco kafkiano. No nos interesa hacer música porque sí, hay que aprovechar que es una tribuna y no me gustaría cantar cualquier cosa. Canciones de amor no. Para eso está Myriam Hernández.

La puesta en escena del lanzamiento, efectuado el sábado último en la radio de la Universidad de Chile, tiene el mismo sentido, con iluminación y proyecciones visuales. "Este disco plasma lo que por mucho rato veníamos buscando. Después de diez años ya tienes claro para dónde vas, estás más viejito, ya no está en búsqueda de ser el mejor músico del mundo, como suele sucede en la gente que hace (rock) progresivo. Uno persigue tener identidad".

-¿Y cuál era la prioridad cuando eran más jóvenes?
-Cuando estás más joven quieres el virtuosismo. Mientras más rápido y más notas es mejor. Es una etapa de tu vida en la que andas corriendo y todo lo quieres rápido. Rayábamos con Dream (los estadounidenses Dream Theater, uno de los grupos símbolo del metal progresivo). Pero todos los integrantes tenemos muchísimos gustos. Yo escucho The Cure, Cocteau Twins, Dead Can Dance, y ya en los últimos años una influencia bien cargada ha sido la de (el grupo inglés) Porcupine Tree, que se basa en el (rock) progresivo pero tiene mucho carisma, preocupado de hacer sentir antes de tocar a la velocidad de la luz. Ellos provocan cosas, te emocionan.

-¿Y Dream Theater?
-A mí Dream en lo personal no me emociona. Es un buen grupo pero no me deja nada, ni siquiera un mensaje para ponerme a pensar. No saco mucho de ahí. No queremos hacer músicas vacías. En este disco encuentras cuecas, y el (rock) progresivo permite hacer todo ese tipo de mezclas, temas que a lo mejor suenan como Pink Floyd hasta ritmos medios thrasheros, sin perder el hilo conductor.

Crisálida pertenece a una oleada de grupos progresivos iniciados en la década pasada junto a nombres como Ergo Sum, Tryo o Matraz, y ha visto la evolución de ese circuito en los últimos diez años. "Hay preocupación por lograr mejor sonido, con el respeto que te exige eso. También es como la música clásica, te exige siempre estar estudiando, estar en búsqueda. No te puedes quedar pegado como en la cumbia, que puedes estar tocando todo el tiempo lo mismo", argumenta la cantante, que ya tiene definidas las primeras fechas de 2009 para demostrarlo (ver recuadro): Crisálida actuará el 7 de enero junto a Octopus y el 11 del mismo mes como parte de la segunda Cumbre del Rock Chileno.

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