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El triunfazo de los coros

El Instituto de Música de esta universidad se destacó durante todo 2008 por sus programas y sus puestas en escena. Aquí, una muestra sobre cómo trabajan las cuerdas cuando están unidas y bien dirigidas.

19 de Diciembre de 2008 | 15:30 |
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El Coro de Cámara de la UC.

El Mercurio

Ante un Salón Fresno del Centro de Extensión totalmente repleto se llevó a efecto el tradicional “Concierto de Navidad” que ofrecen los conjuntos de la UC. En esta oportunidad participaron el Coro de Cámara de la Universidad Católica dirigido por Mauricio Cortés, el Coro de Estudiantes UC que dirige Víctor Alarcón y la Orquesta de Cámara UC con David Núñez como concertino y conductor.

El concierto se inició con la participación del Coro de Cámara UC, que cantó tres partes de las “Vísperas” de Sergei Rachmaninov que el coro estrenara a comienzos de año. Mauricio Cortés dirigió con mano segura a su coro, que en esta oportunidad se presentó con una cuerda de contraltos disminuida pero con bello timbre. Esto influyó en el peso de la progresión en el “Ave María” a pesar del hermoso y afinado sonido general del coro. La  belleza vocal continuó en el “Gloria”, lográndose un perfilamiento de cada una de las voces, en particular de las sopranos. La seguridad del grupo se acentuó más en el “Laudate Dominum”, de impecables fraseos. Estos tres fragmentos mostraron por qué este coro se ha ganado el prestigio que tiene.

La sensatez de Jaime Donoso

Luego, el mismo Coro de Cámara junto al Coro de Estudiantes y la Orquesta de Cámara estrenaron la “Misa de la Creación” de Franz Joseph Haydn, para cuatro solistas, coro y orquesta, en cuya concertación general estuvo Jaime Donoso. La obra, de una gran belleza, reúne las mejores características de su autor, exponiendo toda la maestría de Haydn en el manejo de las voces, quien incluye grandes exigencias en la tesitura de todos los cantantes, solistas y coro.

De esto bien pueden dar cuenta las sopranos de los coros, que tuvieron estupendos desempeños. A lo anterior hay que agregar la exquisita gracia de la orquestación, la que no se reduce a un mero complemento de acompañamiento. Aquí tiene un rol melódico de gran importancia y con notables exigencias técnicas, en particular en los violines primeros.

El concepto de Jaime Donoso sigue atentamente las inflexiones expresivas del texto, acentuando los contrastes de las partes jubilosas con aquellas introspectivas de perdón. Digno de los mayores elogios fue el desempeño de la Orquesta de Cámara, formada por jóvenes músicos de la UC, que con hermoso sonido respondieron a las exigencias melódicas y rítmicas de una partitura que no da tregua. Donoso cuidó permanentemente de los balances entre la orquesta y las voces, obteniendo de ella una respuesta de gran musicalidad.

Los coros fueron otro de los grandes triunfadores. A la solidez del Coro de Cámara, se agregaron las frescas voces del de Estudiantes, respondiendo con prestancia, musicalidad ya gran seguridad a cada uno de los desafíos. Algunos pequeños desajustes en ciertos ritmos en nada opacan su estupenda participación. Destaquemos los contrastes dinámicos de gran belleza y expresividad.

El cuarteto solista, Victoria Cox (soprano), Sofía Pollak (contralto), Felipe Catalán (tenor) y Andrés Rodríguez (barítono), alumnos y egresados de la UC, mostraron afiatamiento, musicalidad y sólido aprendizaje. Aunque todos evidenciaron hermosas y musicales voces, debemos señalar la prestancia singular de Sofía Pollak y Felipe Catalán al enfrentar sus partes. Todos los intérpretes dieron el perfil necesario a esta “Misa de la Creación” en la que Haydn da cuenta de su sólida y jubilosa Fe, en un concierto de gran categoría que cerró el ciclo anual del Instituto de Música de la Universidad Católica, temporada que se caracterizó por su elevado nivel musical.